Leo en El Economista que no todos los falsos autónomos en empresas de reparto, como Deliveroo o Glovo, quieren pasar a ser trabajadores por cuenta ajena. Algunos, prefieren seguir como cuentapropistas porque así trabajan más pero también pueden ganar más. Por eso han generado empresas paraguas, con lo que disfrazarán su actividad -que es dura y de muchas horas de trabajo- cumpliendo con la legalidad. En definitiva, están haciendo algo parecido a lo que hacían los directivos prejubilados: no pueden trabajar y por eso crean un despacho, con una sola nómina, donde no cobran un sueldo sino un beneficio, compatible con cualquier tipo de pensión. Hecha la ley hecha la trampa… trampa absolutamente legal.

Para entendernos, ministra Yolanda Díaz: lo que te están diciendo esos autónomos de Glovo a quien te empeñas en salvar de la rapiña empresarial, es que no les salves. Que quieren ser justamente eso: rapiña empresarial. Que están dispuestos a trabajar duro sin protección estatal, con tal de mejorar su vida… no a trabajar blando, cobrar poco y pagarle a usted, señora ministra, una protección pública que no le garantiza sino el subsidio de hoy, breve, y la pensión de mañana, mínima.

Porque si el Gobierno redujera -o suprimiera- las cuotas empresariales para salarios mínimos, se terminaría la economía sumergida en un santiamén, esa economía que Doña Yolanda Díaz asegura combatir.

¿Y con qué se pagarían las pensiones? Con IVA. Llegamos tarde pero es la única norma posible: despido libre, impuestos bajos y salarios dignos. Y deje que la gente se independice y arriesgue.