La agencia holandesa BudgetAir, filial del grupo Travix
Caso real. Dos españoles compraron billetes para un vuelo a Estados Unidos, ida y vuelta, a través de la agencia holandesa BudgetAir, filial del grupo Travix. Vean su página web, imagen de seriedad. Pues bien, cuatro meses después de anularse el vuelo la agencia emplea todos los trucos para no devolver el dinero. Naturalmente, pone a disposición del cliente un formato de reclamaciones por internet (a fin de cuentas de billetes hablamos). Hasta ahí todo correcto: el problema es que al otro lado hay alguien que promete que va a responder y no lo hace.
Por cierto, American Airlines ha comunicado a los interesados que ya habían devuelto el dinero a la agencia. Es decir, que el bloqueo radica en el intermediario, en BurgetAir, que ha suprimido el teléfono de contacto -que nunca respondía- e intenta mantener el contacto por correo electrónico… que nunca responde.
O bien el cliente se cansa o bien vencen los plazos de reclamación, que de todo hay.
El problema mayor es que este tipo de actitudes están provocando un daño difícil de reparar al comercio electrónico, especialmente en el sector de viajes, en el que la falta de liquidez de compañías de venta de billetes y de transporte, propende a no pagar las deudas contraídas con sus clientes.
Ahora bien, es en el transporte, sobre todo en el transporte aéreo donde el comercio electrónico más se ha desarrollado. Si comienza a cundir la desconfianza, habrá que volver a empezar.