El BCE no cambiará el total ni el plazo (marzo de 2022), pero sí acelerará la compra de deuda soberana para que el mercado secundario, que había comenzado a dar señales alcistas, no se le venga encima. Hablamos de 1,85 billones de euros hasta marzo de 2022, como hemos señalado antes.

“Si son considerables y persistentes, los aumentos de estos tipos de interés de mercado, si no se controlan podrían traducirse en un endurecimiento prematuro de las condiciones de financiación para todos los sectores de la economía”, afirmó Lagarde este jueves, durante la rueda de prensa.

En otras palabras, los gobiernos irresponsables de eurolandia, es decir, todos, tienen vía libre para seguir lo único que saben hacer: endeudarse, esto es, endeudar a todos los ciudadanos europeos. A este paso, ni siquiera nuestros nietos alcanzarán para pagar toda la deuda.

Más manguera y más derroche, en definitiva, y con los tipos de interés invariables: para las operaciones principales de financiación (0,00%), el de la facilidad marginal de crédito (0,25%) y el tipo de interés de la facilidad de depósito (-0,50%). Tranquilos, porque el BCE también dejó la puerta abierta a bajarlos todavía más en próximas revisiones.

Con todos estos ingredientes, la bolsa se resintió este jueves, especialmente la banca: Bankia (-2,68%), Sabadell (-2,31), Bankinter (-2,12%), Caixabank (-2%) y Santander (-1,42%), cerraron en rojo mientras el Ibex subió un 0,80%. El único que sobrevivió fue BBVA, que cerró en verde (0,52%).