El presidente andaluz del PP recuerda el viejo dicho de "ni un mala palabra, ni una buena acción"
Según recuerda la pulicación contando estrelas, en el acuerdo de investidura suscrito por el PP y Vox en Andalucía se indicaba lo siguiente en el punto 13:
“Garantizar la libertad educativa y el derecho de los padres a elegir el modelo que deseen para sus hijos, evitando cualquier injerencia de los poderes públicos en la formación ideológica de los alumnos y permitiendo que los padres puedan excluir a sus hijos de la formación no reglada por actividades complementarias o extraescolares cuando sean contrarias a sus convicciones”.
Pues bien, hace una semana el PP y Cs apoyaron una moción de la ultraizquierda contra el pin parental en el Ayuntamiento de Málaga. Y esa ha sido la gota que ha colmado el vaso de la paciencia de Vox, que advierte a ambos partidos.
El portavoz del grupo parlamentario de Vox en Andalucía, Alejandro Fernández, se dirigió al presidente del Gobierno andaluz, el progre, muy progre, Juan Manuel Moreno, en estos términos: "No cuenten con Vox hasta que no se implemente de una forma que entendamos suficiente y satisfactoria un mecanismo para garantizar que los padres puedan evitar el adoctrinamiento sectario de sus hijos, lo cual, dicho sea de paso, no sólo es un derecho de los progenitores: es, ante todo, su obligación”.
Por su parte, Moreno Bonilla apeló a la “autonomía municipal” para justificar que su partido vote en Málaga en contra de lo que pactó con Vox para toda Andalucía.