Juan Carlos Escotet está en ‘modo compra’. Después de dominar el mercado gallego con una cuota del 60%, el dueño de Abanca quiere expandir el banco por el resto de España y, para hacerlo, se ha fijado en Liberbank. En realidad, lleva meses con los ojos puestos en la entidad que dirige Manuel Menéndez, lo que le llevó, incluso, a anunciar una opa en plena negociación de la fusión con Unicaja.

Aquello le salió mal, pero ni mucho menos significó la pérdida de interés por Liberbank, que ahora ha retomado. No solo eso, ahora Escotet cuenta con el apoyo del Banco de España, que ve la operación como una solución a los problemas que sigue arrastrando la entidad de origen asturiano: unos elevados activos improductivos y una cobertura inferior al resto de entidades.

La fusión presenta un problema no menor: Liberbank cotiza en bolsa y Abanca no

Al supervisor le gusta esta fusión, además, porque serviría para introducir a Abanca en bolsa y porque le permitiría a Escotet extender su negocio más allá de Galicia. Al Banco de España no le importa que Abanca controle el 60% del mercado gallego, pero sí el hecho de que prácticamente todo su negocio lo tiene concentrado en esa comunidad autónoma. Depende demasiado de Galicia y todo lo que sea ampliar su campo de acción por Asturias, Cantabria, Castilla la Mancha y Extremadura, es positivo.

Dicho todo esto, la fusión presenta un problema no menor: Liberbank cotiza en bolsa y Abanca no, lo que dificulta las cosas a la hora de valorar el peso de cada entidad en la operación. Y tampoco hay que olvidar el reparto de poder, algo podría penalizar al CEO de Liberbank. Y Menéndez no quiere dejar su puesto.