Año 2008, crisis financiera y económica mundial. La historia inspirada en hechos reales que nos propone Lorene Scafaria, narra como afectó a un grupo de strippers y las soluciones que buscaron para salir a flote. Ya les adelanto que no eran precisamente heroínas.

Unas strippers forman piña para estafar a sus clientes, algunos ricos magnates de Wall Street y otros, simplemente, ejecutivos que trabajaban en el sector financiero. Una periodista de New York Magazine comenzó a investigar sobre ellas.

Jennifer López, Julie Stiles (saga de Bourne), Constance Wu (serie televisiva Recién Llegados)  o Cardi B (famosa en el mundo del rap) son algunas de las atractivas actrices o cantantes que se han prestado a formar parte del elenco de este largometraje que no victimiza a estas mujeres pero que las disculpa, de alguna forma, por sus delictivas acciones.

Hacía tiempo que no se estrenaba una película donde se recurre tan descaradamente  al sexo para atrapar al público o, si lo prefieren a la antigua, plagada de escenas  “picantes”, al estilo de títulos como Showgirls que, fundamentalmente, muestran centímetros de piel femenina como reclamo para narrar la venganza de unas mujeres hacia sus “casposos clientes”. Como la mencionada película de Paul Verhoeven, la película hace una exhaustiva descripción del degenerado mundo de los locales de striptease que, a pesar de su intento de diferenciarlo de locales de prostitución, parecen la misma cosa.

Para: los que sigan defendiendo que erotismo es diferente a pornografía.