La prostitución aumenta en España, el país europeo que más recurre a las meretrices y el tercero del mundo. Esto tiene muchas razones, empezando por la degradación moral de varones y mujeres. Hombres que prefieren pagar por el sexo indica que no quieren comprometerse -eso es obvio-, además de una sociedad pornográfica, que trivializa el sexo y que, con ello, cosifica a la mujer.

Pero también se podría deducir, ya lo creo que se puede, que la insufrible presión feminista, la llamad cultura de la queja, que nada tiene de cultural, ha hecho que muchos varones traten con las féminas el menor tiempo posible. Ente otras cosas porque feministas y feministo (nada más tonto que un feministo) se han hecho fuertes en el Estado y han conseguido que el hombre huya de las mujeres como el exrecluso huye de la policía y el encausado de los tribunales. Una considerable tragedia recorre el mundo del siglo XXI: la mujeres se han hecho odiosas para muchos hombres. Y es que, al contemplar tanto tópico políticamente correcto, tanta subversión de la realidad, y tanta locura feminista, la reacción primera es: cuanto más lejos mejor.

El Gobierno plantea un 8 de marzo contra la maternidad y la virginidad

Por ejemplo…

Se dice de algunas mujeres que son una fuerza de la naturaleza. Y es una expresión afortunada, porque una mujer convencida de algo es 10 veces más eficaz que un hombre convencido de algo, de lo que sea, sea bueno o malo.

Ahora bien, Irene Montero no es una fuerza de la naturaleza: es un desastre de la naturaleza. Dirige un Ministerio de Igualdad que ella utiliza para lo que más le gusta: berrear tontunas ante una micrófono y/o una cámara de televisión. Su discurso, que de otra cosa no entiende, y esto tampoco lo comprende, son las relaciones hombre y mujer.

Ahora bien, con la tostada feminista, un peñazo insufrible, el perdedor no sólo es el hombre que, simplemente tiende a enrocarse, sino también la mujer. Sólo hay alguien a quien una feminista odie más que a un varón: a un mujer sensata.

La mujer no está marginada: la madre sí

Veamos: el Gobierno plantea un 8 de marzo contra la maternidad y la virginidad, que son las dos cosas que el feminismo más odia. Eso cuando es una tendencia insuperable que, muchas veces, el feminismo acaba en lesbianismo.

Para el feminismo, hoy en el poder en España, la mujer-madre es la enemiga. Y lo curioso, o lo cínico, es que el feminismo dice luchar por la igualdad de la mujer cuando lo cierto es que la marginada no es la mujer, es la madre.

Para el feminismo, hoy en el poder en España, la mujer-madre es la enemiga

Al final, el feminismo ha conseguido que las mujeres se hagan odiosas a los hombres. ¡Enhorabuena Irene!