Vodafone España facturó 2.090 millones de euros durante su primer semestre fiscal (1 de abril al 30 de septiembre), un 2,1% más que durante el mismo periodo del ejercicio anterior. La mala noticia es que este aumento se debió a la venta de dispositivos y no a su negocio principal. De hecho, los ingresos por servicio cayeron un 0,6%, hasta 1.866 millones de euros, a pesar de la recuperación de los ingresos por roaming y turistas, informó la compañía este martes.

Alcanzar la rentabilidad es casi misión imposible hoy en día en el sector de las telecomunicaciones. Así, el Ebitda de Vodafone España descendió un 0,6%, hasta los 445 millones de euros, con un margen Ebitda un 0,6% inferior al del ejercicio anterior.

Lo más preocupante, no solo para Vodafone, es que, en este contexto, crecer no es rentable. Miren, durante estos seis meses, Vodafone perdió 120.000 clientes de banda ancha y televisión (82.000 de banda ancha y 38.000 de TV), mientras su marca de low cost, Lowi, ganó 144.000 clientes nuevos. Además, la compañía sumó 67.000 nuevas líneas de móvil.

En definitiva, ganar batallas en el segmento low cost no solo no garantiza aumentar la rentabilidad, sino que la merma. Y no es un problema exclusivo de Vodafone, sino de todo el sector, en España. En este marco competitivo se entienden los ajustes de plantilla llevados a cabo por las principales telecos. Pero la reducción de costes tiene un límite. También hay que aumentar los ingresos. Vodafone lo ha logrado... pero con la venta de móviles.

En cuanto al grupo: el beneficio antes de impuestos se redujo un 33,7%, hasta 1.276 millones de euros, a pesar de aumentar los ingresos un 4,9%, hasta 22.489 millones. Los ingresos por servicio también aumentaron (+3,2%) y alcanzaron los 19.010 millones. Sin embargo, el ebitda se redujo un 21,8%, hasta 2.620 millones.