El Tesoro Público español ha colocado este jueves 4.442,1 millones de euros en una subasta de obligaciones del Estado, con una demanda que ha alcanzado los 8.225,3 millones de euros.
En obligaciones del Estado con una vida residual de 7 años, ha adjudicado 1.233,902 millones, con un interés marginal del 2,727% (frente al 3,023% de la anterior subasta)
También ha subastado 2.074,326 millones de euros en obligaciones del Estado a 10 años, con una rentabilidad marginal del 3,090% (frente al 3,234% de la subasta anterior).
Por último, ha captado 1.133,872 millones en obligaciones del Estado con una vida residual de 5 años, con un interés marginal del 2,448%.
Recientemente, el Tribunal de Cuentas Europeo advirtió, en su informe anual, del riesgo que supone el aumento de la deuda pública para la elaboración de futuros presupuestos y acciones de la UE. Lástima que nadie le vaya a hacer caso a este Tribunal y mucho menos el actual gobierno comunitario de Ursula Von der Leyen.
Por otra parte, la deuda de las Administraciones Públicas españolas cerró el mes de julio en 1,68 billones de euros, un 3,9% más en tasa anual y un 0,6% menos que en junio, cuando alcanzó el récord histórico de 1,69 billones. La deuda pública respecto al PIB disminuyó un 1,9% hasta el 102,3%, lo que lejos de ser motivo de orgullo lo es de preocupación, ya que sigue muy lejos del objetivo del 60% del PIB. Además, esta ratio no cae porque se reduzca la deuda, sino porque aumenta el PIB.












