Telefónica anunció en la tarde del miércoles la venta de su filial en Colombia a Millicom Spain por 400 millones de dólares, unos 368 millones de euros. La operadora sube este jueves un 1,4% en bolsa frente al Ibex, que sólo sube un 0,4%.

La operación de Colombia tiene todo el sentido del mundo y el único ‘pero’ sería no haberla ejecutado antes. Lo que no se comprende es la venta de Argentina, a finales de febrero, por 1.245 millones de dólares (1.189 millones de euros) a Telecom Argentina, compañía participada por el Grupo Clarín y su principal competidor. Y no se comprende porque después de aguantar durante décadas de crisis económica, ahora que comienza a remontar bajo el Gobierno Milei, lo vende a las primeras de cambio. ¿No hubiera sido mejor aguantar y vender la filial más adelante a un precio mayor?

La aventura peruana también ha resultado un sonado fracaso. Y es que sólo seis meses después de ampliar capital, la filial solicitó concurso de acreedores. Aunque el objetivo era presionar al gobierno peruano para que, a su vez, deje de presionar fiscalmente a la teleco, lo cierto es que no parece muy acertado hacerlo tras ampliar capital.

El resto de filiales tampoco van bien. México, donde compite con la todopoderosa América Móvil de Carlos Slim, está en declive, y en Chile, donde perdió 437 millones de euros en 2024, seis veces más que en 2023, tiene muchos problemas.

Pero hablemos de Venezuela, el único país -salvo Brasil- donde la nueva Telefónica de Marc Murtra se ha comprometido a invertir 500 millones de dólares en los próximos dos años. ¿Comprenden? Al parecer, a ojos de la teleco, la economía que dirige el demócrata Nicolás Maduro está creciendo como ninguna y merece la apuesta millonaria.

El argumento, sin embargo, no hay que buscarlo en Caracas sino en Madrid. Y es que en el nuevo organigrama de la teleco hay un tal Javier de Paz, ascendido a presidente de Movistar+, que es amigo de Zapatero, a su vez, asesor y valedor del dictador Maduro y uno de sus principales apoyos internacionales. La nueva Telefónica de Murtra no sólo no se marcha de Venezuela, sino que invertirá todavía más durante los próximos años.