Cuando Jaime Botín se retiró, tal y como adelantó Hispanidad en febrero, delegó todo en su hijo Alfonso, a la sazón vicepresidente ejecutivo de Bankinter. Entonces, el patriarca le dio un encargo a su hijo: mantener a María Dolores Dancausa como consejera delegada.

Y así lo ha hecho hasta este miércoles, en el que el banco ha anunciado su nombramiento como presidenta no ejecutiva, cargo que ostentaba Pedro Guerrero. Con este movimiento se da por terminada la sucesión iniciada a principios de año y que Alfonso ha preferido hacer con su padre aún en vida, que es como mejor salen estas cosas. Alfonso manda, la nueva consejera delegada, Gloria Ortiz, gestiona y la victoriosa Dancausa, que nunca se ha entendido con Alfonso, pasa a desempeñar, exclusivamente, funciones de representación.

La nueva consejera delegada, Gloria Ortiz, se conoce la casa a la perfección. Entró en 2001 como directora de Control y Gestión y desde entonces ha desempeñado diversos cargos de responsabilidad como directora de Relaciones con Inversores, directora Financiera, de Banca Digital, etc. Desde 2021 era directora de Banca Comercial. Se puede decir que su nombramiento como CEO responde a la evolución lógica de su carrera. ¿Persona de confianza de Alfonso? Desde luego no discuten y Ortiz tiene el carácter que les gusta a los Botín y que implica una lealtad sin fisuras.

En cualquier caso, Ortiz no lo tendrá fácil. Bankinter es un modelo de éxito -gracias a Dancausa-, pero que ha agotado el modelo. Y el primer fracaso fue la segregación de Línea Directa, donde comenzó, precisamente, Dancausa. ¿Qué hacemos con Bankinter? El retirado Jaime Botín planteó en su día fusionarlo con el Santander y que las dos ramas de la familia Botín volvieran a unirse patrimonialmente bajo la presidencia de Ana Botín, como contamos en su momento en Hispanidad. Aquello no salió adelante, entre otras razones, porque Dancausa nunca se ha entendido con la presidenta del Santander.

Ahora le dan una patada hacia arriba como presidenta no ejecutiva. No se marcha de Bankinter, ciertamente, pero…