En plena escasez de semiconductores, Samsung aumentó los ingresos de la división de Device Solutions, que engloba los semiconductores, un 21%, hasta los 125,1 billones de wones (unos 92.650 millones de euros.). De ellos, 94,1 billones de wones (69.750 millones de euros), corresponden a los semiconductores, cuya facturación aumentó un 29% respecto a 2020. Sigue siendo, a pesar del contexto, su negocio principal. Samsung ha alcanzado el 17% de cuota de mercado de chips, por delante de Intel y solo por detrás del gigante mayorista taiwanés, TSMC, que controla el 54% del mercado mundial.

Otra de las claves del ejercicio fue la venta de móviles, que aumentaron un 9% hasta los 104,7 billones de wones (unos 77.430 millones de euros.

Así, el total de las ventas de la multinacional surcoreana alcanzaron los 279,6 billones de wones (en euros, unos 206.800 millones), lo que hizo que el beneficio se disparara un 50,4%, hasta los 39,2 billones de wones (unos 29.000 millones de euros).