Donde verdaderamente ganan dinero EY, PwC, Deloitte y KPMG es asesorando a las empresas, porque la auditoría, un negocio tasado, no da ni para pagar la factura de la luz. Ahora bien, ejercer de auditor de una empresa abre la puerta a hacerlo como asesor una vez finalizado el contrato como ‘oídor’.

Por eso, que EY se esté planteando separar ambos negocios en todo el mundo, como publica este viernes el Financial Times, supone un hito sin precedentes en el sector, que podría marcar el futuro de las ‘Big Four’.

El motivo principal para la escisión es, precisamente, la regulación que intenta poner coto a esos tejemanejes, aunque también es cierto que para las Big Four sería una manera de hacer más sencilla su gestión. Es más sencillo gestionar dos empresas distintas que una con dos negocios distintos, aunque con los mismos clientes.

Durante su etapa como ministro, Luis de Guindos intentó poner coto al sector y sacó adelante la ley de auditoría que, entre otras medidas, exige que una firma audite a una empresa durante 10 años, prorrogables a 14. Pero se equivocó, porque alargar los años del contrato de auditoría no aumenta la independencia del auditor, sino todo lo contrario. En cualquier caso, ¿quién puede garantizar que, cumplido ese plazo, el auditor no se convierte en asesor? ¿No sería más lógico, por ejemplo, pagar más el trabajo de auditor?

EY se lo está pensando. Las otras tres no han dicho nada todavía, pero seguro que ya están haciendo cálculos. Veremos en qué queda todo esto. Sea lo que fuere, no será algo inmediato.