Es esta semana en la que los ‘grandes’ de nuestro sistema bancario están haciendo sus presentaciones de resultados con cierre a diciembre pasado, este miércoles lo ha hecho el Santander, en teoría la entidad más importante por volumen de negocio. Por lo que hemos visto y atisbamos, lo hace en un contexto en el que algunos estamos llegando a la convicción de que el grueso del negocio clásico bancario está en vías de agotamiento si no lo está ya, y que las entidades están estirando el tiempo en espera de un maná que representaría una subida de tipos de interés por parte del BCE.

Pero vamos a ver los números que hoy nos ofrece la Sra. Botín en su presentación. Lo primero es resaltar el resultado obtenido, 8.124 millones de euros (M€), que en el pasado ejercicio la cifra fue negativa, con unas pérdidas atribuidas de 8.771M€ ya que la entidad registró 22.790M€ por deterioros de fondos de comercio, en especial en su negocio en EEUU, y otros por deterioros de créditos, mientras que en el ejercicio 2019 el beneficio atribuido solo fue 402M€ inferior al del presente. Sudamérica, con una aportación al resultado atribuido de 3.328M€ y Norteamérica con 3.328M€ han sido las áreas geográficas con un resultado más determinante, lo mismo que lo fueron en el pasado ejercicio en sentido contrario.

Esta vez los analistas se quedaron cortos en sus previsiones, pero como ven continuamos con las comparativas triunfalistas, ya que el ejercicio anterior no puede suponer una referencia fiable por la situación excepcional que, como ya vimos, gran parte de las entidades aprovecharon para ‘limpiar’ el cajón de las operaciones ruinosas.

Esta vez los analistas se quedaron cortos en sus previsiones, pero como ven continuamos con las comparativas triunfalistas, ya que el ejercicio anterior no puede suponer una referencia fiable por la situación excepcional que, como ya vimos, gran parte de las entidades aprovecharon para ‘limpiar’ el cajón de las operaciones ruinosas

Avancemos. Si pensamos que los resultados extraordinarios marcan ejercicios concretos, la cifra que nos puede dar la clave de la salud del negocio es la del margen bruto, que en este ejercicio se situó en 46.404M€, un 4,8% superior al pasado ejercicio, en el que las medidas anti pandemia propiciaron un crecimiento del crédito a la clientela que en este ejercicio se ha situado en 972.682M€, un 6% superior al del ya excepcional 2020. Ligero crecimiento de comisiones de un 1,9% y curiosamente una caída del 28,5% en los resultados por operaciones financieras que, como ya nos tienen acostumbradas las entidades, es el regulador para ajustar sus cuentas. Los ingresos por dividendos también crecen un 31,2% por la desaparición de restricciones y los resultados de participadas aportan 432M€ al margen por la mejora de la situación económica.

Los costes parece que estén dando también un respiro a la cuenta de resultados ya que crecen un 1,3% y suponen un total de 21.415M€, 285M€ más que el pasado ejercicio. Y mientras que los costes en Europa bajan un 0,2%, en el continente americano crecen un 8% por la inflación en los países del sur del continente. En Norteamérica lo hace por las inversiones en digitalización. Los costes de personal se incrementaron un 4%, por costes de reestructuración, pero el dato del incremento de 3.767 empleados en el ejercicio, hasta los 197.070, queda empequeñecido con el de los 10.000 trabajadores menos en cuatro años desde la absorción del Popular.

El dato del incremento de 3.767 empleados en el ejercicio, hasta los 197.070, queda empequeñecido con el de los 10.000 trabajadores menos en cuatro años desde la absorción del Popular

Las provisiones crecen un 18,3% interanual hasta los 2.814M€ y recogen en su mayor parte costes de reestructuración y unos 319M€ por quebrantos en hipotecas en francos suizos. Las dotaciones por insolvencias, 7.407M€, resultan ser un 40,2% inferiores a los 10.416M€ del pasado ejercicio, excepcional en provisiones por la evaluación de las pérdidas esperadas como consecuencias de la pandemia. La mejora de las perspectivas ha permitido la liberación de unos 750M€ de estas dotaciones. El saldo de los activos deteriorados al cierre del ejercicio es de 33.234M€, un 4,6% superior al pasado ejercicio, con un fondo para insolvencias de 23.698M€ que supone una cobertura del 71,3%, cifra extraordinaria entre las entidades que hemos visto hasta ahora (lo que no significa necesariamente un buen dato) y con una tasa de morosidad del 3,16%, un 0,5% inferior a la del pasado ejercicio.

Creo que a la vista de todos estos datos que pueden resultar un poco farragosos por su extensión, pero necesarios para tener una visión de la situación que está atravesando el sector financiero a causa de este largo ciclo de tipos de interés bajos, bajísimos y actualmente en 0, llevamos desde hace tiempo pensando que la situación comienza a ser insostenible. El negocio no da para más y los recursos de los extraordinarios no dan para una rentabilidad interesante para el inversor. La línea del margen bruto es importante y las comisiones por si solas son insuficientes, ¿qué harán después de haber acabado con las reestructuraciones de costes? Parece que EEUU va a ser el primero en desatascar esta situación y acabar con los tipos 0 y, por ello, con las cotizaciones de los bancos por debajo del valor contable.

¿Qué harán después de haber acabado con las reestructuraciones de costes? Parece que EEUU va a ser el primero en desatascar esta situación y acabar con los tipos 0 y, por ello, con las cotizaciones de los bancos por debajo del valor contable

Se me quedaba fuera, el ratio de solvencia del Santander al cierre del 2021 fue del 12,12% un 0,23% superior a la del 2020.

Al cierre del artículo, la bolsa parece impasible a los datos... que son espectaculares para la Sra. Botín. A lo mejor no lo son tanto.