Una vez pasadas las jornadas en las que las entidades financieras han sido las protagonistas en las presentaciones de sus resultados. Este viernes llegan al regulador los resultados de Telefónica. La principal teleco española parece que no pasa buenos momentos en un mercado en el que la competencia, aunque sea de menor tamaño, araña su cuota, además de los problemas estructurales que históricamente arrastra y siguen sin solucionarse. Así las cosas, el resultado atribuido obtenido en este tercer trimestre del ejercicio ha sido de 1.486 millones de euros (M€), un 84,1% menos que en el mismo periodo del pasado ejercicio, en el que se computaron ingresos extraordinarios como veremos más adelante.

Es el anterior trimestre vimos cómo la facturación incluida dentro del importe neto de la cifra de negocios tenía una pronunciada tendencia a la baja. En este tercer trimestre la cifra ha mejorado ligeramente con un incremento del 11,2% comparativo al mismo trimestre del 2021, hasta los 10.343M€. En el total de los tres trimestres el importe neto de la cifra de negocios asciende a 29.793M€ que en términos porcentuales suponen un crecimiento del 0,6% interanual, con un continuo descenso de los ingresos por voz que ya solo representan el 27% del total.

Como ya vimos también, la partida de otros ingresos, 1.527M€, un 87,3% inferior al ejercicio anterior, ha recibido una aportación en el trimestre de 459M€ principalmente por plusvalías en venta de diversos negocios, muy lejos de los 12.019M€ del pasado ejercicio obtenidos por la venta de diversos activos. Los costes operativos 21.684M€ se han visto incrementados en un 3,6% interanual en los nueve meses, mientras que en el tercer trimestre lo hicieron en un 13% donde ya se nota la afectación de los tipos de cambio, el crecimiento de la inflación y que además incluyen importantes gastos de reestructuración de personal.

José María Álvarez-Pallete ha desplegado una inusitada euforia. Realmente, habría que preguntarle si está justificada si reconoce, como no puede ser de otra forma, la 'extraordinaria' situación económico política en la que estamos

El resultado operativo antes de amortizaciones (OIBDA) asciende a 9.593M€ un 53,5% inferior al obtenido en los nueve primeros meses de 2021. Si hacemos un ejercicio para ver de una forma ilustrativa la evolución del negocio de Telefónica y excluimos la partida de otros ingresos, el resultado operativo de la compañía sería de 8.066M€, 535M€ menos que en 2021, o en términos porcentuales un 6,64% inferior. Excepcional ha sido también en lo que llevamos de ejercicio los resultados de sociedades por puesta en equivalencia, 481M€ (en 2021 -58M€) en su mayor parte por el resultado de la británica VMO2 y principalmente por variaciones en derivados.

El resultado financiero -1.393M€, un 48,5% superior al del ejercicio anterior y de los que -733M€ corresponden al tercer trimestre, continúa arrastrando un importante lastre que son las pérdidas relacionadas con las variaciones de valor de los derivados de renta variable con acciones propias, que suponen ya -307M€ a los que se suma el aumento de tipos de intereses, en especial en zonas de América del Sur, que hacen crecer un 7,5% los pagos por intereses. La deuda financiera neta crece un 31,7% situándose en 28.918M€ y donde el impacto de los tipos de cambio se ha cifrado en 2.038M€ (256M€ en el 2021), además con 1.004M€ más de flujo de caja. Les van a venir de perlas los 1.361M€ que la Agencia Tributaria española les ha de restituir por impuestos del 2008 al 2011.

Parece que, a la vista de estas cifras, el presidente de la compañía José María Álvarez-Pallete ha desplegado una inusitada euforia. Realmente, habría que preguntarle si está justificada si reconoce, como no puede ser de otra forma, la 'extraordinaria' situación económico política en la que estamos, que los resultados del pasado ejercicio se basaron en un alto porcentaje en extraordinarios, que los ingresos ordinarios del presente ejercicio solo crecen un 0,6%, que el resultado de participadas crece por derivados y no por resultados del negocio, que el resultado financiero empeora por el mismo motivo en un entorno de incremento de tipos de interés y una situación político económica que está devolviéndonos a cifras de inflación casi olvidadas. En esta situación nos pretende convencer de un crecimiento sostenido del resultado de la compañía basándose en los mercados de Sudamérica con crecimientos sostenibles. De momento el valor en bolsa sube un 2,45% teniendo en cuenta que se ha confirmado un dividendo de 0,30€ en dos pagos iguales de 0,15€.