En Renfe, su nuevo presidente, Raül Blanco, ha empezado ‘bien’, apostando por una compañía suiza en vez de española, aunque la tecnología es española. Y es que ha adjudicado a Stadler la construcción y el mantenimiento de 12 locomotoras eléctricas de ancho estándar por 136,7 millones de euros que destinará a la división de Mercancías (para la que busca un socio industrial y debe decidir entre la operadora ferroviaria portuguesa Medway, la naviera danesa Maersk o la naviera francesa CMA).

El operador público ferroviario ha optado por Stadler, algo que a priori no sería extraño porque cuenta con diversos proveedores (el citado, que es un fabricante ferroviario suizo; el francés Alstom o los españoles CAF y Talgo). Asimismo, cabe referir que Stadler tiene planta y centro tecnológico en Valencia, por lo que crea empleos en nuestro país, y que el contrato se financiará parcialmente con fondos europeos (15 millones a través del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia Next Generation). Unas locomotoras de gran potencia que se destinarán al Corredor Mediterráneo y permitirán a Renfe Mercancías nuevas oportunidades de crecimiento por la posibilidad de incrementar tráficos nacionales e internacionales, lo que implicaría un impacto positivo en su actividad, y también un consumo energético más ajustado y ahorros de costes por externalidades.

Sin embargo, en este contexto actual, la elección de Stadler sí cobra especial relevancia. Recuerden que Renfe y Adif han protagonizado una crisis tras el error de los trenes en Asturias y Cantabria encargados a CAF, que saldó en un primer momento con ceses poco importantes y finalmente con las dimisiones de Isaías Táboas e Isabel Pardo de Vera, mientras la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, se mantenía en el cargo. Además, no hay que olvidar que Renfe también está teniendo retrasos para recibir los trenes Avril que encargó a Talgo. Y por cierto, no es la primera vez que el operador público ferroviario opta por Stadler: hace un año le premió, y también al francés Alstom, al adjudicarles la compra de 211 trenes de gran capacidad para Cercanías, frente a los españoles CAF y Talgo.

Eso sí, en estrategia y en resultados, el socialista barcelonés y miembro de la Comisión ejecutiva del PSC Raül Blanco ha dado continuidad a la era Táboas, aunque cambió el color del logo (morado) a negro el 8M porque queda “un largo viaje” hacia la igualdad. ¡Cuánta cursilería! Respecto a los números de enero, el último mes que presidió al completo Táboas, cabe destacar que siguió la reducción de pérdidas, al tiempo que aumentó el resultado bruto de explotación (ebitda) y los ingresos, según informa El Economista. En concreto, las pérdidas en el primer mes del año han sido de 29,94 millones, frente a las de 47,29 millones de enero de 2022; el ebitda ha pasado a ser positivo en 3,83 millones y los ingresos han ascendido a 315,7 millones.