La consigna de Pedro Sánchez es que en año electoral no dimite nadie y no quiere más crisis de gobierno que la necesaria para reemplazar a las ministras Reyes Maroto y Carolina Darías al ser candidatas a las alcaldías de Madrid y Las Palmas de Gran Canaria. Así se puede ver en el hecho de que la ministra Raquel Sánchez no haya salido mal parada de la crisis en Renfe por la chapuza de los trenes en Asturias y Cantabria.

De hecho, tras dos ceses poco relevantes, han sido Isaías Táboas e Isabel Pardo de Vera los que ‘han pagado el pato’, pues han tenido que dimitir. Eso sí, en Renfe se mantiene la cuota del PSC y también se mantiene Raquel Sánchez (que a su vez es miembro de la Comisión ejecutiva del PSC, junto a Salvador Illa, Miquel Iceta y Raül Blanco, entre otros). La ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana no ha salido mal parada de la chapuza y ha dado por asumida toda responsabilidad, como manifestó en la rueda de prensa que ofreció junto a los presidentes de Asturias y Cantabria, el socialista Adrián Barbón y el regionalista Miguel Ángel Revilla. Y para compensar el retraso en la puesta en circulación de los nuevos trenes, transferirá recursos a través de los Presupuestos Generales del Estado (o sea, de todos los españoles) a los gobiernos de Barbón y Revilla para bonificar los servicios de cercanías y garantizar que sean gratuitos hasta 2026. 

El sustituto de Táboas será el socialista barcelonés Raül Blanco y el de Pardo de Vera, el socialista madrileño David Lucas, cuyos nombramientos han sido aprobados por el Consejo de Ministros de este martes. El socialista madrileño David Lucas ha sido ‘felicitado’ por la Plataforma de Afectados por la Ocupación en Twitter, donde han referido sus “aires de grandeza” al no haberles recibido. Y ojo, ahora ha ascendido a secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, es decir, a número dos de Raquel Sánchez, por lo que tendrá más responsabilidad... y una agenda más ocupada. Esperemos que Lucas ahora sí haga hueco a dicha Plataforma porque la okupación se mantiene en máximos históricos.