Parece que cada día más, el mundo y los mercados -por tanto, los inversores- están contra Elon Musk, en especial por sus ideas, algo alejadas del progresismo imperante, y su denuncia contra el woke, el nuevo meneo ideológico que trata de sustituir a Cristo por una identidad: racial, sexual, política..., y supone una inversión de valores que precisa una censura férrea). Discrepar de todo esto se paga y tras el asalto de Musk a Twitter, ahora Tesla incumple su previsión de ventas y eleva su hundimiento en bolsa al 73% en el último año.

Musk ha querido convertirse en adalid de la libertad de expresión al hacerse con Twitter, una compra que está financiando, en parte, con la venta de algunas de sus acciones en Tesla. Claro que en esto de la libertad de expresión en la red social del pajarito azul hasta ahora ha dado una de cal y otra de arena: por un lado, cerró la cuenta de Trump pese a saber que no violaba ninguna regla; y por otro, despidió a James Baker, responsable de tapar en Twitter los escándalos de Hunter Biden. Además, el 57% de los usuarios de Twitter le dijo a Musk que renuncie y nombre un CEO. ¿Seguro que Elon no lo tenía previsto? Y este respondió que lo haría cuando encuentre “un tonto” que quiera sucederle. 

Tesla ha vendido 1.313.851 coches en 2022, un 40% más que el año anterior, pero lejos del crecimiento del 50% esperado por Tesla. Por su parte, la producción ha ascendido a 1.369.611 coches, siendo un 47% superior

Tras ser destronado por el francés Bernard Arnault como el hombre más rico del mundo, Tesla anunció que recortará la producción de coches en su gigafábrica de Shanghai (China) este mes de enero, al parecer por la llegada de las vacaciones de año nuevo en el gigante asiático, aunque podría haber más detrás: algunos analistas creen que le falta músculo y no cumplirá la previsión de aumentar la producción un 50% este año; esa gigaplanta fabricó la mitad de los vehículos de la compañía; además, otra tecnológica (Apple) va a reducir su dependencia del país de Xi Jinping y diversificará la producción de nuevos iPhones y otros productos, llevando parte a India.

A esto se suma que el fabricante estadounidense de coches eléctricos ha incumplido su previsión de ventas en 2022, recibiendo castigo bursátil (-13%) y elevando así el hundimiento de su cotización a más del 73% en el último año. En concreto, ha vendido 1.313.851 coches en 2022, un 40% más que el año anterior, pero lejos del crecimiento del 50% esperado por Tesla. Por su parte, la producción ha ascendido a 1.369.611 coches, siendo un 47% superior. Además, ni siquiera en el cuarto trimestre ha contentado a los analistas, que esperaban 420.000 unidades vendidas: al final, la cifra se ha quedado en 405.278 y la de producidos en 439.701.

A esto suma una multa en Corea del Sur de unos 2,20 millones de dólares por parte de la Agencia de Comercio Justo de Corea, debido a supuesta publicidad engañosa. Dicha Agencia considera que ha exagerado algunas cualidades, como la autonomía (la cual se hunde un 50% en climas fríos) o el rendimiento de sus supercargadores. Además, en España, algunos usuarios (entre ellos, varios taxistas) recuerdan que sólo tiene concesionarios y no fábricas ni sitios especializados en su mantenimiento. 

Los poderes contra Elon Musk pero Musk no ha perdido, que conste.