El dueño de Twitter, Elon Musk, revolucionó el ambiente cuando le dio al periodista Matt Taibbi acceso a todos los archivos de la red social donde se demuestran las operaciones de manipulación, censura y corrupción que llevó a cabo Twitter, en beneficio del Partido Demócrata. Ayer conocíamos que Musk despidió a James Baker, responsable de tapar en Twitter los escándalos de Hunter Biden. 

archivos trump

Fue Mark Zuckerberg el que reconoció que el FBI presionó a Meta y Twitter para no sacar información dañina sobre el hijo de Joe Biden semanas antes de las elecciones y los archivos de Twitter demostraban la ingerencia, las explicaciones de Baker no fueron suficientes para Musk, por lo que decidía echarlo de la compañía. 

Ahora, una nueva entrega de la trama denominada ‘Twitter Files’ (los archivos de twitter) se desvela cómo se llegó a decidir expulsar al entonces presidente Trump de Twitter, el 7 de enero de 2020, y las censuras que sufrió Donald en su perfil de la red social. 

Al parecer el equipo de Twitter mantenía reuniones con el FBI para realizar controles regulares y las autoridades federales decidían qué publicaciones debían ser objeto de censura. Cuando las elecciones se acercaban, los controles se intensificaron, y al parecer en octubre de 202 se creó un canal interno que sería “el hogar de las discusiones sobre las eliminaciones relacionadas con las elecciones, especialmente aquellas que involucraran cuentas de alto perfil”. Los archivos apuntan directamente al director global de Confianza y Seguridad, Yoel Roth y a la directora legal, Vijaya Gadde, personas de confianza del entonces director ejecutivo, Jack Dorsey.

Entre esas cuentas de alto perfil podría encontrarse la del presidente Trump. Los documentos confirmaron la existencia de “un filtro de visibilidad” contra los tuits de Trump incluso cuando no contenían “una violación concreta", que se usó para “suprimir lo que la gente ve a diferentes niveles”: así, se bloquearon las búsquedas de usuarios, se limitó el alcance de determinados tuits y se suprimieron publicaciones para que no fueran tendencia y no se viralizaran. 

Ha sido el propio Musk el que, a la vista de la información, compartió varios tuits de la periodista Bari Weiss, quien ha revelado que la plataforma "creó listas negras", “evitó que las publicaciones desfavorables sean tendencia” y “limitó activamente la visibilidad de cuentas enteras o incluso temas virales”.

Es más, se afirma que, después de los sucesos en el Capitolio, a Twitter se le pidió que censurara y expulsara a Trump, sin embargo, se han revelado varios correos electrónicos entre los trabajadores de la compañía donde reconocían que, a pesar de ser conscientes de que los comentarios del presidente no vulneraban las normas de la compañía, procedían a la suspensión de la cuenta. De hecho varios empleados de Twitter se organizaron para firmar una carta enviada al Washington Post, donde exigían a Dorsey, que prohibiera a Trump usar la red social.

Fue entonces cuando Gadde utilizó la "incitación codificada de la violencia", por la cual acusaban a Trump de "hablar en código" en sus post en la red social, sin apelar directamente a la violencia. Una farsa en toda regla que ha hecho que Musk confirme via Twitter que la cuenta de Trump fue bloqueada “bajo la presión de cientos de empleados activistas”, aunque ellos mismos “reconocen” el presidente “no violó las reglas”.

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