Kutxabank es una de las entidades medianas que permanece en solitario, al margen de las grandes fusiones de los últimos años. Pero eso podría cambiar: “No descartamos en absoluto el tomar parte en algún tipo de operación corporativa”, afirmó esu presidente, Gregorio Villalabeitia, el miércoles, en un acto celebrado en San Sebastián en el que también participó el gobernador del Banco de España, Pablo Hernández de Cos.

Kutxabank no se fusionaría con cualquiera, evidentemente. El PNV, que todavía conserva dos grandes empresas en Bilbao, Iberdrola y BBVA, no quiere que con Kutxabank le suceda lo mismo que con Euskaltel, que cayó en manos de los fondos. Por ese motivo, Villalabeitia aclaró que el banco que preside tiene “unas formas de hacer, una cultura, una trayectoria y un buen funcionamiento, una filosofía de control, de metodología, de gobernanza, de transparencia” que a la entidad no le “gustaría perder en el caso eventual de una operación corporativa”.

En otras palabras, el PNV está dispuesto a fusionar Kutxabank, pero siempre y cuando permanezca, aunque sea mínimamente, en su órbita. Por ejemplo, colocando a un consejero en la entidad resultante. Así se entiende el interés -noviembre de 2020- por participar en la fusión BBVA-Sabadell. No importa que el banco que preside Carlos Torres le supere, por mucho, en tamaño, lo importante es recuperar ‘su’ banco.

En definitiva, Villalabeitia está dispuesto a fusionar Kutxabank, pero no con cualquiera. “Seríamos muy exigentes a la hora de buscar un compañero de viaje”, afirmó. Lo que parece indiscutible es que el presidente de la entidad está más abierto que nunca a participar en la consolidación del sector. Lo cierto es que la situación del negocio anima a ello, tras unos flojos resultados semestrales, una cartera de riesgo con mucho riesgo… y demasiada dependencia del BCE.