Decíamos en Hispanidad, que los Presupuestos Generales del Estado acordados por el Gobierno disparan el gasto y el endeudamiento. Una de las medidas estrella anunciadas a bombo y platillo es que las pensiones se revalorizarán conforme al IPC y que la generosa María Jesús Montero incluía una dotación al Fondo de Reserva de las pensiones por importe de 2.957 millones de euros procedentes del Mecanismo de Equidad Intergeneracional (MEI). 

Aseguraba la titular de Hacienda que la partida de pensiones recogida en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2023 se incrementará un 11,4% respecto a 2022 por la incorporación de nuevos pensionistas y por la revalorización de las pensiones con la inflación anual media del mes de noviembre, que estará "en torno a un 8,5%". Por lo que seguiremos engordando un sistema completamente insostenible.

Pero para tranquilidad de los pensionistas, Montero se regocija en su aportación de 2.957 millones de euros, que no cubriría ni un 1,9% del gasto anual en pensiones, es decir, ni la tercera parte de una de las 14 nóminas anuales. Y es que si a 1 de septiembre, la nómina mensual de las prestaciones contributivas de la Seguridad Social ascendió a 10.867 millones de euros y multiplicamos por 14 pagas nos da 152.138 millones de euros y la ministra aporta 2.957 millones de euros. 

Es decir, aumentamos el gasto pagando las pensiones contributivas con deuda pública, el Gobierno se lleva el mérito de elevar las pensiones un 8,5% y nos endeuda a nosotros y a nuestros hijos. Eso sí, ni una reforma del sistema, que estamos en año electoral y eso no da votos. O lo que es lo mismo: la huída hacia delante y ya lo arreglará otro.

Claro que todos queremos que los mayores cobren buenas pensiones y reciban parte de lo aportado durante su vida laboral. Pero no a cambio de quebrar la economía con impuestos y de dedicar el dinero que no tenemos a un pozo sin fondo sin plantear ninguna reforma, que es lo único que aseguraría la viabilidad del sistema: el sistema está quebrado, cada vez hay menos cotizantes y más jubilados, es decir, con la falta de natalidad y el envejecimiento de la población, hay más gente que cobra y menos personas que pagan, y no salen las cuentas, la edad de jubilación debe aumentar drásticamente.

Y ojo, porque Bruselas ya ha avisado varias veces de que España debe emprender soluciones, algo que a Montero, Calviño, Escrivá y Sánchez les entra por un oído y les sale por otro. No es baladí, Bruselas puede bloquear parte de los fondos europeos, esos fondos con los que Marisu ha contado para realizar sus presupuestos...