Hace unas semanas se conocía que PepsiCo castigaba a España planteando un ERE para unos 550 empleados, el 21% de su plantilla… pese a los buenos resultados. Ahora continúa actuando al estilo de Coca-Cola, al acordar con los sindicatos que despedirá como máximo a 545 y lo hará con bajas voluntarias y prejubilaciones… e indemnizaciones superiores a las legales. Es decir, está dispuesto a tirar de chequera con tal de reducir su plantilla.

La filial en nuestro país de la multinacional de refrescos y aperitivos que dirige el español Ramón Laguarte lanzó el citado ERE aludiendo a causas organizativas y productivas, pese a buenos resultados. De hecho, en España, sus ventas subieron un 10% en 2021, y la multinacional en su conjunto ha tenido un beneficio neto de unos 8.675,78 millones de euros entre enero y septiembre de este año, un 33% superior al de hace un año, y una facturación de casi unos 60.371 millones (+8%), por la subida de precios.

Se ha fijado en 56 años la edad mínima para acceder a prejubilaciones con el 70% de su salario, algo que no hará mucha gracia al ministro Escrivá; y las indemnizaciones superarán el máximo legal al sumar pagos adicionales en forma de premios por antigüedad

Ahora PepsiCo ha cerrado con los sindicatos (CCOO, UGT, USO, SOI y otros independientes) las condiciones del citado ERE, que afectará en mayor proporción a empleados del área de ventas (unos 250-260), seguido de los de oficinas (unos 120) y que notarán mucho menos los de las fábricas. Los sindicatos esperan que los despidos no alcancen la cifra de 545 y confían en que se cubran con bajas voluntarias y prejubilaciones, evitando salidas traumáticas, y con elevadas indemnizaciones. Todo esto lleva a recordar lo que hizo su principal rival: en 2014, Coca-Cola Iberian Partners (sociedad que agrupaba a los antiguos siete embotelladores del famoso refresco en España y que hoy está dentro de la ‘megaembotelladora’ europacífica CCEP que preside Sol Daurella) anunció un ERE que supuso 821 despidos y el cierre de las plantas de Colloto (Asturias), Alicante, Palma de Mallorca y Fuenlabrada -este último abrió un largo conflicto laboral que al final se cerró en noviembre de 2018 vía prejubilaciones-. A estos recortes por parte de Coca-Cola le siguieron: el cierre de la fábrica de Málaga en octubre de 2020, llegando a un acuerdo con 78 empleados fijos vía prejubilaciones, indemnizaciones o recolocaciones en la fábrica de La Rinconada (Sevilla); y al inicio de 2021 un nuevo ERE para 360 empleados de las áreas de comercial, atención al cliente e informática también a través de bajas incentivadas y prejubilaciones.

Conviene referir que resulta un cierto contrasentido que se apueste por un ERE, es decir, por un despido colectivo… y las multinacionales de refrescos acepten pagar elevadas indemnizaciones. En el último que ha lanzado PepsiCo en nuestro país, se ha fijado en 56 años la edad mínima para las prejubilaciones, algo que no hará mucha gracia al ministro de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, José Luis Escrivá, porque habrá menos contribuyentes aportando para pagar la elevadísima nómina de las pensiones contributivas. Podrán optar por la prejubilación, los empleados que cumplan 56 años en 2023 y 2024, y recibirán el 70% de su salario. Y en el caso de las bajas voluntarias, las indemnizaciones superarán el máximo legal (este era de 45 días por año trabajado hasta 2012 y bajó a 33 desde entonces) al sumar pagos adicionales en forma de premios por antigüedad.