El informe de la CNMC sobre la OPA BBVA-Sabadell, publicado este viernes por el organismo que preside Cani Fernández, es muy duro con el Sabadell y desarma el discurso que Josep Oliu y César González-Bueno han repetido por activa y por pasiva: el liderazgo del Sabadell en el negocio de pymes.
“Entre 2021 y 2023 la cuota de Sabadell a nivel nacional es la que más se reduce, lo que muestra que su relevancia en el mercado está disminuyendo”, afirma el informe en la página 116 (tiene 189). “Estos datos permiten descartar que el mercado nacional vaya a pasar de 4 a 3 operadores, como ha señalado Sabadell en sus alegaciones e informes, y hace necesario relativizar sus alegaciones sobre el alto nivel de concentración del mercado”, señala.
¿Qué sucede en Cataluña? Habla la CNMC: “En Cataluña, la Comunidad Autónoma más afectada por la operación, Sabadell ha perdido [0-5] puntos porcentuales de su cuota de mercado desde el año 2021. Esta evolución junto con la presencia de operadores de mayor tamaño hace que no se pueda aceptar que se trata de un operador insustituible en el mercado de crédito a pymes, tampoco en esa Comunidad Autónoma”.
En esta línea, el informe expone, con datos del Banco de España, la presencia menguante del banco catalán en otras comunidades autónomas relevantes como Asturias, Baleares y Comunidad Valenciana, así como el crecimiento de “operadores más pequeños”, de tal manera que no puede aceptarse “que los operadores medianos y pequeños supongan una presión competitiva limitada”.
Me dirán que el informe de la CNMC se basa en datos hasta 2023 y que no tiene en cuenta la evolución del banco en el último ejercicio, y es cierto, pero eso no parece importarle a Competencia, que en la página 118 asegura que el Sabadell “no es líder” en pymes en ninguna CCAA y que sólo es la segunda en Asturias, tras el Santander y seguida de cerca por Caja Rural de Asturias. En Cataluña es la tercera, por detrás de Caixabank y Santander, el mismo puesto que en Galicia. En el resto es la quinta o la sexta entidad por volumen de crédito concedido a pymes.
Durísimo con el Sabadell, pero más suave con el BBVA, al que únicamente le echa en cara la falta de más concreción en algunos aspectos de la fusión. “Si bien es cierto que los clientes de Sabadell podrán acceder a ciertas herramientas digitales de las que actualmente dispone BBVA, no resulta cuantificable ni verificable la posible traslación de beneficios a los consumidores”, afirma.
La CNMC ha publicado el informe en un momento clave, mientras el Gobierno analiza la operación desde el punto de vista del interés general. A nadie se le escapa que el potencial impacto en el interés general también depende de la relevancia de la entidad en cuestión y, según el informe, el Sabadell no lo es tanto como se podría pensar. El ministro Carlos Cuerpo sabe, además, que Ursula Von der Leyen está ojo avizor y que si finalmente pone condiciones insalvables tendrá que dar explicaciones ante Bruselas. En el otro lado de la balanza tiene las presiones de nacionalistas y socialistas contrarios a la operación y que pueden ponerle las cosas muy difíciles.
A todo esto, ¿la fusión es buena para España? No, no lo es, porque no aporta nada a la sociedad española y tiende al oligopolio bancario, a costa de reducir el número de oficinas y el número de trabajadores.