En estos tiempos en que prima la sostenibilidad medioambiental en tantos ámbitos y en el caso de la movilidad se defiende tanto el caro coche eléctrico (que aún no está exento de problemas y retos) y la Unión Europea quiere vetar el de combustión a partir de 2035 (“una estafa en toda regla”, según un exingeniero de Renault), llega otro golpe para los motores diésel, gasolina e híbridos. Y es que se ha detectado riesgo de incendio en baterías de algunos modelos de las marcas Citröen, DS y Peugeot.

El sistema de alerta rápida de productos peligrosos no alimentarios de la Unión Europea ha advertido de posibles fallos de seguridad en las baterías de cuatro modelos de tres marcas del grupo Stellantis. En concreto, ha alertado sobre la corrosión de la carcasa a causa de una posible infiltración de agua, que supone un riesgo de incendio.

Entre los modelos afectados está el DS7 Crossback, fabricado entre el 19 de febrero de 2019 y el 22 de noviembre de 2022, que cuenta con versiones en motor diésel, gasolina e híbrido enchufable (tienen una batería grande que se recarga a través del motor de combustión y también mediante un enchufe-). También el C5 Aircross con motor diésel, gasolina o híbrido no enchufable o híbrido convencional (con una pequeña batería que se recarga por el motor) que se produjo entre el 20 de enero de 2020 y el 10 de enero de 2023. Asimismo, estarían dañados dos modelos de Peugeot con las tres tecnologías citadas: el 3008 V2 producido entre el 12 de marzo de 2019 y el 12 de diciembre de 2022, y el 508 V2 fabricado entre el 10 de julio de 2019 y el 25 de enero de 2023.

Otro golpe que no ayuda en la crisis del automóvil que persiste y en la que no resulta de ayuda que falte apoyo económico y crezca la incertidumbre

El grupo automovilístico franco-italoestadounidense (fruto de la exitosa fusión entre PSA y Fiat Chrysler Automobiles) ha referido que las tres marcas han contactado con los propietarios de los vehículos afectados para resolver el problema de forma gratuita y a la mayor brevedad posible. Por su parte, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) calcula que podrían verse afectados unos 70.000 coches en España y recomienda preguntar al servicio de atención al cliente de la marca si su vehículo está entre los afectados, en especial si se compró de segunda mano.

Otro golpe que no ayuda en la crisis del automóvil que persiste y en la que no resulta de ayuda que falte apoyo económico y crezca la incertidumbre. Y ojo, porque al sector le preocupa que las ventas a particulares siguen siendo un tercio inferiores a las preCovid.