Estos días se dan varias muestras de la imbecilidad española ante los franceses, primero por el hidroducto H2Med y segundo por el tema ferroviario. Y es que Renfe ya no puede operar en el país vecino, por ahora, pero el operador ferroviario francés SNCF sí lo puede hacer tanto allí como aquí.

Hace unos meses, SNCF rompió de forma unilateral la sociedad conjunta al 50% que tenía con el operador ferroviario español que preside Isaías Táboas desde diciembre de 2013, llamada Elipsos y que vendía billetes bajo la marca Renfe-SNCF en Cooperación para tres líneas de alta velocidad: Barcelona-Lyon, Barcelona-París y Madrid-Barcelona-Marsella. Ahora, tras más de 5,5 millones de pasajeros transportados, SNCF ha empezado a operar en solitario el AVE Barcelona-París y Renfe se queda sin poder cruzar la frontera por no disponer de los certificados de seguridad y las autorizaciones de Francia para operar en solitario las líneas Lyon-Barcelona y Marsella-Barcelona,... y los sigue esperando... y sufre trabas desde hace tiempo. 

Renfe se queda sin poder cruzar la frontera por no disponer de los certificados de seguridad y las autorizaciones de Francia para operar en solitario las líneas Lyon-Barcelona y Marsella-Barcelona,... y los sigue esperando

En este escenario, conviene recordar que en mayo de 2021 SNCF entró a competir con Renfe en España a través de su AVE ‘low cost’ (el denominado Ouigo) y fue recibido con los brazos abiertos en pro de la liberalización ferroviaria de la alta velocidad. Hoy Ouigo no sólo opera en la línea Madrid-Barcelona, donde se adelantó al propio servicio de bajo coste de alta velocidad de Renfe (el AVLO), sino también en la línea Madrid-Valencia, y tiene previsto llegar a la de Madrid-Sevilla en 2024.

Claro que recientemente Renfe ha sumado un nuevo competidor, Iryo, y le ha dado la bienvenida... reflejando que es el más liberal de Europa o más bien el más tonto. Se trata del AVE propiedad de Air Nostrum -o sea, de los fundadores del IVI-, Trenitalia y Globalvía, que ha empezado a operar la ruta Madrid-Barcelona, y a la que sumará la de Madrid-Valencia muy pronto, después la de Madrid-Sevilla el próximo 31 de marzo (en esta última línea AVLO empezará a funcionar a principios de 2023) y estudia llegar al AVE de Galicia en 2026.

Tras el viaje inaugural del Iryo, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, tuvo un poco de coraje y exigió reciprocidad al resto de la UE... otra cosa es que le hagan caso. Y a juzgar por los últimos movimientos de Francia a través de SNCF no parece que Renfe lo vaya a tener fácil para operar en suelo galo. Además, no se puede perder de vista que la empresa que preside Táboas, quien cuenta con el respaldo de Raquel Sánchez, sigue en pérdidas, aunque las va reduciendo poco a poco, y ha tenido que elevar la apuesta internacional y el AVE, ante la liberalización y los actuales descuentos en Cercanías, Rodalies y Media Distancia.