Una vez más cabe preguntarse si en España somos los más liberales o los más tontos de la clase al hilo del nuevo capítulo de la liberalización ferroviaria en alta velocidad. El día 25 llega Iryo, el AVE propiedad de Air Nostrum -o sea, de los fundadores del IVI-, Trenitalia y Globalvía, a la ruta Madrid-Barcelona, otro rival para Renfe... y este encima le da la bienvenida.

“Que siga el juego de trenes”, señala el operador público ferroviario español que preside Isaías Táboas en Twitter. Lo hace en la misma tónica que en mayo de 2021, cuando empezó el juego con la llegada de Ouigo, el AVE low cost del operador ferroviario francés SNCF, antes de que Renfe pusiera en marcha su propio tren de alta velocidad barato (el denominado AVLO). Y el operador español no sólo habla de juego, a pesar de que se trata de negocio de transporte de pasajeros -y por tanto de dinero-, también ha lanzado un vídeo donde un maquinista manda un mensaje de tranquilidad a sus nuevos competidores: “Querida competencia, mi nombre es Juan. Soy bisnieto, nieto e hijo de ferroviarios y maquinista desde hace más de 40 años. Yo también estaba nervioso el primer día que conduje un tren de alta velocidad. Pero no os preocupéis, a todos los maquinistas que conozco les pasa”. ¡Cuánta cursilería! Además, al mismo tiempo se puede leer “Renfe tu tren” al final del vídeo.

Hace unos días, en el viaje inaugural del Iryo para autoridades, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana refirió que la alta velocidad “ha perdido su carácter elitista” y “ha alcanzado la democratización que buscábamos”. Pero la realidad es otra: lo que ha hecho es abrirse a franceses e italianos de par en par. Eso sí, al menos, Raquel Sánchez tuvo un poco de coraje y exigió reciprocidad al resto de la UE... otra cosa es que le hagan caso. Y es que ya saben que Francia protege mucho mejor a sus empresas que España, como se vio en 2021 con Carrefour y hace unos años con Danone, además, nuestro país hace el ridículo en la liberalización ferroviaria porque Francia pone resistencia a la entrada de Renfe en sus dominios. ¡Ole y ole!