España ha inaugurado el Ouigo, el AVE low cost del operador galo SNCF, antes que el de Renfe (el denominado AVLO)… Esto en Francia es algo impensable, pues ya se sabe que el país vecino protege mucho mejor a sus empresas que el nuestro, como se pudo ver hace unos meses con Carrefour y hace unos años con Danone.

Una inauguración a lo grande, con personalidades del sector público aplaudiendo la llegada de los competidores del operador ferroviario español. ¡Olé y olé! Así se ha dado el pistoletazo de salida a la liberalización ferroviaria, rompiendo con 80 años de monopolio de Renfe, pero no se preocupen, porque este último no se ha enfadado: ha lanzado una campaña publicitaria para dar la bienvenida a su primer competidor (el francés SNCF) diciendo “Que empiece el juego de trenes”. El segundo rival, ILSA, llegará en 2022: es un consorcio formado por el principal operador ferroviario italiano -Trenitalia, que es propiedad del estatal Ferrovie dello Stato- y el Operador Ferroviario de Levante -filial de la aerolínea regional Air Nostrum-.

El secretario de Estado de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Pedro Saura, ha señalado que con la liberalización “todos ganan”, ¿en serio? Pues para empezar Renfe verá reducidos sus ingresos… Saura se refería a los consumidores, porque los precios bajan; a la sociedad, al amortizar los 65.000 millones de euros que se han invertido en los últimos 30 años en la red de alta velocidad siendo la más extensa de Europa y la segunda del mundo (tras la de China), pero una de las menos utilizadas; al conjunto del sector, que en su opinión, disparará su innovación; y al medio ambiente, porque habrá más gente usando el tren y menos el avión o la carretera, por tanto, menos emisiones de CO2. A la vicepresidenta cuarta y ministra de Transición Ecológica y Reto Demográfico, Teresa Ribera, esto último le encantará… y además, será más posible con la vuelta de los peajes y su posible ampliación a las autovías, que es otro fiasco del Gobierno Sánchez que refleja la demagogia de Torrente Ábalos.

Se han invertido 65.000 millones de euros en la red de alta velocidad española en los últimos 30 años siendo la más extensa de Europa y la segunda del mundo (tras la de China), pero una de las menos utilizadas

Isabel Pardo de Vera, presidenta del gestor ferroviario Adif, ha aludido al hito en la historia que marca la inauguración del Ouigo dentro de la liberalización, en la que Adif ha actuado como “garante de los derechos de todos”. Y aunque Pardo de Vera no lo diga, ahora tendrá dos pagadores de cánones por usar las vías: Renfe y SNCF… Y en 2022, un tercero: ILSA. Por su parte, Cani Fernández, presidenta del regulador de la Competencia (la CNMC), ha señalado que era un “día histórico” y que en la liberalización no ha habido discriminación: recuerden que empezará en el corredor Madrid-Barcelona, donde Renfe se llevó el primer paquete (32 trenes al día); ILSA, el segundo (16 trenes); y SNCF, el tercero (5 trenes).

Claro que llama la atención que se haya inaugurado antes el low cost del operador ferroviario francés que el del español. El Ouigo empezará a operar el próximo lunes con un precio desde los 9 euros y con los trenes Alstom Euroduplex (de 2 plantas y 509 asientos). Por su parte, el low cost de Renfe, el AVLO, llegará el próximo 23 de junio, si no hay más retrasos, a un precio desde los 7 euros por trayecto. Y tras el corredor Madrid-Barcelona, la competencia de Renfe llegará al de Madrid-Valencia y al de Madrid-Sevilla y Málaga.

Ojo, conviene no olvidar que en Francia hasta ahora España sólo ha logrado concursos para fabricar trenes (por ejemplo, los Cercanías de París que se adjudicó CAF con Bombardier -el fabricante canadiense que compró el francés Alstom hace unos meses-), pero no ha entrado a competir en la operación ferroviaria.