Llegan una nueva muestra de la desvergüenza alemana, a pesar de que Pedro Sánchez hable del canciller, Olaf Scholz, como “el amigo Olaf”. Y es que Siemens Energy podrá excluir de bolsa a Siemens Gamesa, cuya cotización se ha disparado un 37% desde el pasado mayo, cuando confirmó dicho plan. 

Este lunes, la CNMV ha autorizado la opa voluntaria lanzada por Siemens Energy sobre Siemens Gamesa a 18,05 euros por acción, que afecta de forma efectiva al 32,93% de acciones que no controla y que está en manos de fondos de inversión, del Estado francés y de accionistas minoritarios. En concreto, Siemens Energy es dueña del 67,07% del capital y entre el porcentaje restante ahora objeto de opa destacan: BlackRock, el fondo colonizador del Ibex, con un 3,226%; Caisse des dépôts et consignations (CDC), institución financiera del sector público francés, con un 1,915%; o Norges Bank, con un 1,781%, entre otros; y hay que tener en cuenta que hay un 27% de capital flotante.

Siemens está a vueltas con el ‘esquema Villalonga’, que aplicó Juan Villalonga cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y anglosajón de que la suma de las partes valen más que el todo. No le está saliendo tan bien como esperaba, sobre todo, tras el Covid, la crisis de la eólica terrestre y la salida de Rusia

Siemens intenta que la crisis del fabricante de aerogeneradores no le pase más factura en bolsa, donde acumula una depreciación del 26% desde enero y del 22% en el último año. Y también reducir los efectos sobre su división de negocios energéticos (Siemens Energy), cuya cotización se ha derrumbado un 26% en los últimos seis meses -es decir, desde que anunció la citada opa de exclusión-, un 47% desde enero y un 48,5% en el último año. Y pese a que el fabricante de aerogeneradores se ha revalorizado un 37% desde que se conoció dicha opa, aún no es suficiente para recuperar el 14% del valor que ha perdido desde enero ni el 12% que ha perdido en el último año.

Recuerden que el gigante industrial alemán está a vueltas con el ‘esquema Villalonga’, el cual aplicó Juan Villalonga cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y anglosajón de que la suma de las partes valen más que el todo. Y es que parece que no le está saliendo tan bien como esperaba, sobre todo, tras el Covid, la crisis de la eólica terrestre y la salida de Rusia, que le ha llevado a volver a pérdidas casi 12 años después, y a presentar elevados números rojos tanto en Siemens Energy como en Siemens Gamesa (triplicó sus números rojos alcanzando los 1.226 millones de euros en los nueve primeros meses de su ejercicio fiscal y el próximo 10 de noviembre dará a conocer las cifras del ejercicio completo que cerró el pasado septiembre). Además, esta última acumula unas cuantas revisiones de previsiones y no deja de cargar contra España: tras el cierre de las fábricas de Aoiz, As Somozas y Cuenca, ahora estudia vender dos filiales (Gearbox y Gamesa Electric) que tienen ocho plantas y emplean a 1.100 trabajadores