Siemens ha vuelto a pérdidas trimestrales casi 12 años después por culpa de Siemens Energy (y por ende, de Siemens Gamesa) y de Rusia. Y es que ha tenido unos números rojos de 1.531 millones de euros en su tercer trimestre fiscal (abril a junio), una situación que no veía desde el periodo octubre a diciembre de 2010, por el deterioro no monetario de 2.700 millones de su participación en Siemens Energy (la cual es del 35,1%, y que a su vez controla el 67,1% de Gamesa y ha lanzado una opa para hacerse con el 32,9% restante). Además, también han influido los impactos relacionados con Rusia por 0,6 millones, mercado del que ha salido hace unos meses tras la invasión de Ucrania y el inicio de la guerra.

El gigante industrial alemán ha rebajado las previsiones para el conjunto del ejercicio fiscal que acaba el próximo septiembre tras estas pérdidas y tras ver reducido su beneficio neto de los nueve primeros meses (octubre a junio) un 71%, hasta 1.478 millones. Todo ello a pesar de crecer en ingresos (+11%), a 17.867 millones; y en pedidos, logrando alcanzar una cartera récord de 99.000 millones; y de aumentar un 8,9% el beneficio bruto de explotación (Ebita) industrial ajustado, a 7.119 millones.

El CEO, Roland Busch, destaca que la compañía “aprovechó las oportunidades de crecimiento en muchos mercados clave a pesar de un entorno macroeconómico complejo continuo influenciado por las sanciones económicas a Rusia, la alta inflación y los efectos asociados con la pandemia de coronavirus”

Volvamos a las cifras del tercer trimestre fiscal, donde se notan los dos años difíciles del negocio energético (Siemens Energy), que se escindió y debutó en el parqué en septiembre de 2020. Ya saben que el gigante industrial alemán optó por el ‘esquema Villalonga’ (ya saben, el que ya aplicó Juan Villalonga cuando presidía Telefónica, bajo el principio infundado y anglosajón de que la suma de las partes valen más que el todo)... y no le está saliendo del todo bien, sobre todo en el negocio energético, pues antes escindió el negocio de dispositivos médicos (Siemens Healthineers). También se nota la crisis de la eólica terrestre, a pesar de que el Ebita industrial se ha situado en 2.900 millones, con la contribución de 739 millones tras la venta del sistema de gestión de tráfico Yunex Traffic a Atlantia, pero inferior al previsto por los analistas del Banco Sabadell, y el margen sólo ha subido al 17%. Eso sí, los ingresos han crecido un 4% en términos comparables, a 17.900 millones, siendo mejores de lo esperado, y los pedidos han ascendido a 22.000 millones (+1%), y ha logrado un flujo de caja libre de 2.500 millones. 

Por negocios, el de Industrias Digitales ha facturado 4.900 millones (+2%), registrando pedidos de 6.500 millones (+32%), un beneficio operativo de 901 millones (+6%) y un margen del 18,3%). Infraestructuras Inteligentes ha ingresado 4.400 millones (+10%) y ha logrado pedidos de 5.500 millones (+26%) sobre todo por la fuerte demanda de centros de datos en EEUU, ganancia de 562 millones (+31%) y un margen del 12,9%. Y Movilidad ha facturado 2.500 millones (+4%), con beneficio de 704 millones gracias a la venta de Yunex Traffic y margen del 28,7%, aunque sus pedidos han caído un 48%, a 2.800 millones, porque no ha tenido uno tan grande como el que logró hace un año en América. Industrias Digitales aporta el 27% de las ventas, como han destacado los analistas del Banco Sabadell; Siemens Healthineers, el 24%; Infraestructuras Inteligentes, el 24%; y Movilidad, el 15%.

El CEO de Siemens, Roland Busch, ha destacado que la compañía “aprovechó las oportunidades de crecimiento en muchos mercados clave a pesar de un entorno macroeconómico complejo continuo influenciado por las sanciones económicas a Rusia, la alta inflación y los efectos asociados con la pandemia de coronavirus. Además, Siemens continuó evitando mayores interrupciones debido a los riesgos de la cadena de suministro asociados con los componentes electrónicos, las materias primas y la logística”. “La rentabilidad se vio frenada principalmente por la escasez de productos electrónicos de alto margen y por menores ingresos en el negocio de gestión del ciclo de vida del producto y mayores gastos relacionados con actividades basadas en la nube, incluido el impacto de la transición de partes del negocio al software como servicio”, ha añadido. Además, han tenido que afrontar 442 millones en costes relacionados con la decisión que se tomó en mayo de abandonar Rusia, según recoge Reuters. Y ojo, porque Siemens acumula una depreciación bursátil del 30% en lo que va de año.