Los resultados del primer trimestre de Telefónica, publicados este miércoles, son malos, con pérdidas netas de 1.731 millones de euros, frente a los -44 millones del año anterior, por las minusvalías contables tras la venta de las filiales de Argentina y Perú. Al parecer, nadie pensó en el efecto negativo de las provisiones, que afloraron como pérdidas al vender las filiales.

Pero hay más, porque el resultado de operaciones continuadas, sin Argentina ni Perú, fue de 427 millones, un 26% menos que las del año anterior. Efectivamente, el problema no es únicamente Hispanoamérica y podemos decir que vender las filiales tan deprisa no ha sido la mejor decisión. En plata: se han malvendido.

Por cierto, el vicepresidente Carlos Ocaña, representante de la SEPI y primer crítico de Emilio Gayo y de Javier de Paz, como adelantó Hispanidad, tuvo que recurrir a Moncloa para que le facilitaran las cuentas concretas de la compañía en cada país de Iberoamérica.

La cosa no va bien cuando, además, los ingresos del grupo caen un 2,9% y no superan los 9.221 millones de euros, algo que no perdona la prensa anglosajona, para la que te puedes equivocar en la venta de activos, pero no perdona el hecho de reducir los ingresos. El Ebitda también se reduce, un 4,2%, hasta los 3.014 millones.

Otro indicador importante, sobre todo en negocios como el de telecomunicaciones, es el flujo de caja. Pues bien, el flujo de caja libre total fue de -358 millones de euros, frente a los -25 millones del primer trimestre de 2024. Lo mejor del periodo fue la reducción de la deuda financiera neta en 112 millones de euros, hasta situarla en 27.049 millones.

Como adelantó Hispanidad, el Gobierno que cesó a Pallete de manera bananera, ahora pone en entredicho a Murtra, que sólo lleva cuatro meses en la Presidencia.

Lo que está claro tras estos resultados es que las locuras de comprar El País o lanzar TelePedro han pasado a un segundo o tercer lugar en las prioridades de Telefónica. Contreras tendrá que buscar vías alternativas. Ahora toca hacer un replanteamiento global de la compañía. La solución no puede ser reducir costes -ajustar la plantilla- y subir tarifas, ni comprar Vodafone España, con deuda incluida.

Cuando faltan dos horas para el cierre, las acciones de Telefónica caen más de un 3%, hasta los 4,2 euros por título, una caída que finalmente se ha suavizado hasta el -2,2%, frente a un Ibex un 0,5% arriba.