Telefónica celebró este viernes la junta general de accionistas más tranquila que se recuerda en años, con cinco intervenciones en total, de las que dos fueron telemáticas. Ningún sindicato ni grupo de presión hizo su aparición por el auditorio del Distrito C, lo que resultó muy llamativo y fue un alivio para los que se marchaban de vacaciones. Ni siquiera vimos accionistas cabreados por las remuneraciones de la cúpula, consideradas excesivas por algunos de los fondos más representativos de la compañía.

Entre tanta ‘normalidad’, dos apuntes: por un lado, el mensaje del consejero delegado, Ángel Vilá, con motivo de la fusión Orange-MásMóvil: “Desde el punto de vista regulatorio ya no tendrá sentido considerar a Telefónica como operador dominante en varias áreas, porque en clientes de banda ancha fija y en clientes móviles esta nueva ‘joint venture’ será mayor”, afirmó, para matizar enseguida: “Sin embargo, Telefónica de España seguirá siendo líder en rentabilidad”.

Por otro lado, el mensaje de orgullo de José María Álvarez-Pallete: “Somos una plataforma más grande que Twitter o Netflix”, con “370 millones de clientes, 47 millones más que hace seis años”, afirmó, aludiendo al momento en el que se hizo con las riendas de la compañía. “Hemos invertido casi 48.000 millones de euros y hemos llevado a cabo operaciones corporativas por más de 35.000 millones de euros, incluyendo la mayor operación de nuestra historia. Hemos bajado la deuda en más de 23.000 millones, hemos aumentado los fondos propios en más de 3.000 millones y hemos entregado a nuestros accionistas más de 15.000 millones de euros en dividendos y recompra de acciones”, señaló.

En definitiva, Pallete ha logrado la paz social, o eso parece. Ahora bien, el presidente no ha acudido a la sala de prensa para tener el habitual encuentro informal con los periodista, tras la junta. Muy mal.