La Junta de Accionistas de OHLA (OHL de toda la vida) celebrada este viernes tuvo varios hitos importantes. El primero, el anuncio, por sorpresa, de José Antonio Fernández Gallar, CEO de la compañía desde 2018, de dejar la empresa, “por motivos personales”. Nadie se lo esperaba, de hecho, en el orden de día figuraba su reelección como consejero por otros cuatros años, propuesta que se votó minutos después del anuncio, y fue aprobada por más del 98% de los accionistas.

¿Dimisión? ¿Cese? La versión oficial habla de los primero, pero lo cierto es que nadie se marcha de una compañía con la renovación apalabrada y sólo pendiente del trámite de la Junta. Además, ¿quién se marcha cuando la empresa comienza una nueva etapa de crecimiento, después de años muy difíciles? “Esta será siempre tu casa”, le dijo el presidente, Luis Amodio, que asumirá funciones ejecutivas hasta el nombramiento del nuevo CEO.

Esta junta será recordada también por el adiós definitivo de la familia Villar Mir que, tras deshacerse en marzo de su último 7,09%, aún mantenía a Juan Villar-Mir de Fuentes como vicepresidente segundo. El único representante de la estirpe abandonó la junta sin cargo alguno en la empresa que fundó su padre hace 36 años.

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Por cierto, la despedida de los nuevos dueños, los hermanos Amodio, no pudo ser más fría. “Quiero dejar constancia de nuestro reconocimiento y respeto a don Juan Miguel Villar Mir, fundador del Grupo, por la relevante labor realizada”, afirmó Luis Amodio antes de dar la palabra el CEO saliente. Y punto. Ni una palabra de agradecimiento al hijo, Juan Villar-Mir de Fuentes, presente por última vez como consejero. Muy mal. Se echó de menos un poco más de señorío por parte de los mexicanos.

Entre las reelecciones estaba también de la de una tal Reyes Calderón, conocida por su gran labor en el Popular, que obtuvo el rechazo del 9,4% de los votos, un porcentaje muy elevado teniendo en cuenta que se trata de una consejera independiente. Sólo la política de remuneraciones obtuvo un rechazo mayor, del 12,5%.

En definitiva, OHLA ya no tiene nada que ver con los Villar Mir. Por cierto, el único de la saga que parece permanecer de pie es… el yerno, Javier López Madrid, presidente de Ferroglobe. ¡Qué cosas!