El anuncio es inminente, aunque la subida de tarifas, bajo la fórmula del ‘más por más’ (más tarifa por más servicios, aunque no los necesite) no entrará en vigor hasta 2023. Fue el consejero delegado de Telefónica, Ángel Vilá, quien lanzó la noticia el viernes 4 durante la presentación a los analistas de los resultados de la Compañía hasta septiembre.

La competencia no ha tardado en reaccionar y los clientes de Movistar han comenzado a recibir llamadas para preguntarles, en tono retador, si estarían dispuestos a asumir una subida de tarifas, y con cláusula de permanencia. Y eso antes, incluso, del anuncio oficial que, como decimos, será inminente. Vamos, una campaña anti-Telefónica.

Al margen del juego sucio de ¿la competencia?, lo más preocupante para Telefónica es que, efectivamente, su negocio en España se ha ralentizado y el aumento de los costes por la inflación ya ha hecho mella en los márgenes. En cualquier caso, las tarifas subirán por debajo del IPC.

En un sector que en la última década ha perdido la mitad de su valor, aproximadamente, el movimiento de Movistar provocará reacciones en el sector. De momento, la única que ha admitido que subirá las tarifas en 2023, y según el IPC, es Vodafone, mientras Orange no lo descarta, pero a día de hoy aún no ha tomado ninguna decisión al respecto.

En cualquier caso, tras la subida de tarifas por parte de todo el sector, no descarten nuevos ajustes de plantilla. Habrá que seguir reduciendo costes como sea, porque el hecho de que la inflación se vaya a moderar en 2023 y 2024 no significa que no vaya a subir, sino que no subirá tanto como ahora. Y el crecimiento económico será menor que el actual. Pero todo eso es un futurible que ojalá no se cumpla.