Parece que las huelgas no son solo de sanitarios, en Madrid y contra Ayuso. Contábamos en Hispanidad que en marzo se conseguía un nuevo hecho histórico del Gobierno de Sánchez. Por primera vez en su historia, los inspectores de Trabajo, los subinspectores y el personal técnico y administrativo del cuerpo iban a la huelga porque el Gobierno no había cumplido con el acuerdo que suscribieron en julio, por el que se debía reforzar su plantilla, así como los medios materiales y técnicos de los que disponen. Paros que se repitieron en diciembre: CCOO, CIG, USSES, SITSS y SISCLASS convocan tres jornadas de huelga en la Inspección de Trabajo y Seguridad Social. En enero volvieron a insistir, y eso que Yolanda no para de trabajar y luchar contra la precariedad. 

Yolanda, ni corta ni perezosa, aseguraba que la Inspección de Trabajo había visto mejorada sus condiciones y su presupuesto "de manera histórica en esta legislatura, cosa que no se había hecho nunca" y agradecía a los Inspectores que fueran parte fundamental del "principal problema del mercado de trabajo", ¿adivinan? "la precariedad". 

Pues bien, parece que los Inspectores se han cansado de tantas largas y de luchar contra la precariedad mientras ellos viven en la precariedad, y han escalado el problema. Amenazan con llevar su conflicto a Bruselas, con la presentación inminente de una denuncia ante la Unión Europea, lo que podría acabar con la recepción de fondos europeos. 

Los sindicatos opinan que el Gobierno está incumpliendo sus compromisos a la Comisión Europea, en el marco del plan de Recuperación y Resiliencia, aluden a lo relativo a las reformas en el ámbito laboral que especifican que el Gobierno se compromete a un "aumento de la plantilla estable de la inspección de trabajo y seguridad social", por lo que a su parecer, la falta de efectivos supone el "incumplimiento flagrante que puede comprometer el acceso del Reino de España a los fondos Next Generation EU".

Ha adelantado que el próximo 22 de febrero volverán a la huelga, salvo que pasara "algo tocante a lo milagroso", denunciando que, ni desde el ministerio de Trabajo ni el de Hacienda, han mostrado interés: "no se ha producido ni un gesto" en las últimas semanas, llegando a señalar a Yolanda Díaz directamente: "el eslogan del diálogo social no se cumple en su propio ministerio".

Y han criticado que el Ministerio de Trabajo esté "instrumentalizando" los resultados de los empleados públicos, utilizando "en beneficio propio" los resultados obtenidos.