Josu Jon Imaz, CEO de Repsol, ha cargado contra el impuesto a las energéticas que impulsan la vicepresidenta ecológica, Teresa Ribera, y la ministra de Hacienda, María Jesús (Marisu) Montero. Entre otros aspectos, ha subrayado que “este impuesto camuflado no es para los ricos, va contra la actividad empresarial” y que “va a dañar la capacidad de inversión de las empresas para transformarse y el empleo industrial”.

Lo hace en un artículo escrito en El País, algo que resulta bastante llamativo, teniendo en cuenta que este periódico -junto a la Cadena SER y RTVE- es el gran vocero y aplaudidor del Gobierno Sánchez. Imaz critica que perjudicará a la competitividad, aunque en Repsol seguirán defendiendo con uñas y dientes el empleo industrial, como muestran sus proyectos en la refinería de Bilbao o en la de Cartagena, por ejemplo. De hecho, desde 2008, han invertido 14.000 millones de euros para tener el sistema de refino más competitivo de Europa, manteniendo y desarrollando el empleo industrial (11.000 personas hace algo más de un año, de los que 5.600 eran empleos directos a finales del pasado mayo), mientras muchas refinerías del continente cerraban, dejando a los trabajadores en la calle.

“Cuando hay más producción que demanda los precios caen y las empresas pierden dinero. A ningún gobierno se le ocurre clamar contra las pérdidas extraordinarias y dar subvenciones a esas empresas”. Repsol perdió 7.105 millones en 2019 y 2020, y “los resultados acumulados desde entonces no han compensado aquella pérdida brutal”

Imaz señala que van a invertir miles de millones en los próximos años para producir combustibles más sostenibles y critica el “mal llamado beneficio extraordinario”, porque mientras la rentabilidad media de la inversión en las refinerías de Repsol en los últimos cinco años y hasta el cierre de junio era del 6,6%, el propio Estado garantiza una retribución de la generación regulada en el sector eléctrico por encima de un 7%. Asimismo, destaca que en los mercados regulados, por ejemplo en el eléctrico, pese al tope ibérico, se garantiza una rentabilidad a las compañías, mientras en los mercados libres los precios dependen de la oferta y la demanda: “Cuando hay más producción que demanda los precios caen y las empresas pierden dinero. A ningún gobierno se le ocurre clamar contra las pérdidas extraordinarias y dar subvenciones a esas empresas”. Repsol perdió 7.105 millones en 2019 y 2020, en gran parte por el desplome del petróleo y la crisis del Covid-19, pero “los resultados acumulados desde entonces no han compensado aquella pérdida brutal”.

Imaz refiere que “alguna institución determinará el carácter discriminatorio” del nuevo impuesto que pretende el Gobierno Sánchez y que gravará el 1,2% de los ingresos de las energéticas que facturen más de 1.000 millones. “Todo lo recaudado será devuelto a las empresas que fueron injustamente gravadas en mitad de la furia de un discurso demagógico y la seguridad jurídica quedará sin duda restaurada”.

Ribera: “Yo les vengo diciendo que la empatía con la sociedad es importante. Les estamos diciendo que si iban a ganar cien y pueden ganar mil, se pueden conformar con 250”. Olvida que el Gobierno se ha negado a bajar los impuestos que gravan los carburantes (IVA e Impuesto Especial sobre Hidrocarburos), ¿es eso empatía? 

Y este lunes, desde las páginas de El Mundo, en una entrevista, Ribera ha insistido no sólo en su demagogia con las nucleares, sino en el nuevo gravamen a las energéticas. “Yo les vengo diciendo que la empatía con la sociedad es importante. Les estamos diciendo que si iban a ganar cien y pueden ganar mil, se pueden conformar con 250. Si hubieran reaccionado mejor hace un año, nos habríamos ahorrado muchos disgustos”. Vaya cará más dura tiene la vicepresidenta ecológica, olvida, por ejemplo, que en la bonificación de 20 céntimos en el precio de los carburantes algunas petroleras (Repsol, Cepsa y BP) aportan 5 céntimos y además ofrecen descuentos adicionales que han reducido notablemente los márgenes de su negocio de gasolineras. Además, Ribera olvida que el Gobierno se ha negado a bajar los impuestos que gravan los carburantes (el IVA y el Impuesto Especial sobre Hidrocarburos), ¿es eso empatía? Una bajada de impuestos que sí han hecho otros muchos países europeos, por ejemplo, Polonia, que bajó el IVA de la gasolina del 23% al 8%. 

Y desde el partido socialista vasco, ha sido el delegado del Gobierno en el País Vasco, Denis Itxaso, quien ha respondido a Imaz con mal gusto y un argumento simplista. En concreto, ha referido que “hay que tener poca inteligencia emocional para no estar al lado de los más vulnerables”. 

Artículo de Josu Jon Imaz en El País