Golpe de la Justicia europea a talibanes verdes, como los socialistas René Repasi y Teresa Ribera, pues ha defendido que la energía nuclear y el gas se consideren sostenibles. Es decir, ha dado su respaldo al Reglamento sobre la taxonomía de la UE 2020/852 que adoptó el Parlamento y el Consejo de la UE, relativo al establecimiento de un marco para facilitar las inversiones sostenibles.

El Tribunal General de la UE ha inadmitido el recurso contra el reglamento que considera sostenibles la nuclear y el gas, según informa Economist & Jurist. El hecho de ni siquiera admitir el recurso es importante y muestra la defensa de lo reconocido por otras instituciones europeas al hilo de la nuclear y el gas. El recurso fue presentado por el eurodiputado René Repasi, que miembro del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y cabe destacar que dicha formación se integra en el grupo Alianza Progresista de Socialistas y Demócratas dentro de la Eurocámara -y en la que está incluida el PSOE-.

Repasi consideró que Bruselas se extralimitó en la potestad de adopción de actos delegados que tiene atribuida, lo que le llevó a interponer ante el Tribunal General un recurso de anulación contra dicho Reglamento, alegando que este transgredió la competencia legislativa del Parlamento y, por lo tanto, los derechos de los que él es titular. Pero el Tribunal ha declarado el recurso inadmisible

El Tribunal General considera que el parlamentario Repasi no está legitimado para impugnar un acto de este tipo. Se trata del Reglamento Delegado adoptado en 2022 por el que se consideraba que el gas fósil y la energía nuclear forman parte de las actividades de transición que pueden contribuir en particular al objetivo de mitigación del cambio climático. Así, se buscaba establecer un marco que facilitara las inversiones sostenibles. Es decir, que la nuclear y el gas también son verdes.

Como recoge Economist & Jurist, Repasi consideró que Bruselas se extralimitó en la potestad de adopción de actos delegados que tiene atribuida, lo que le llevó a interponer ante el Tribunal General un recurso de anulación contra este Reglamento, donde alegaba que este transgredió la competencia legislativa del Parlamento y, por lo tanto, los derechos de los que él es titular. Sin embargo, no ha logrado lo que quería: el Tribunal General se ha pronunciado por primera vez sobre la legitimación activa de un miembro del Parlamento para impugnar un reglamento delegado de la Comisión y ha declarado el recurso inadmisible, es decir, ni siquiera ha dedicado un profundo análisis a la cuestión, y no la relevante. Es más, dicho Tribunal ha concluido que el demandante carece de legitimación activa por cuanto no se ve directamente afectado por el Reglamento Delegado 2022/1214. Para más detalles de todos los conceptos y términos legales del recurso y su inadmisión, consulten la información de Economist & Jurist.

Un fallo del Tribunal General de la UE que se ha conocido la misma semana en que ha tenido lugar una larga reunión de los ministros de Energía comunitarios sobre la reforma del mercado mayorista (‘pool’) de electricidad, que acabó sin acuerdo. Eso sí, en esta cita, la vicepresidenta ecológica española, Teresa Ribera, aprovechó para cargar contra Polonia por el carbón, pero calló que Alemania ha disparado su uso, y también criticó a Francia por insistir en que necesitamos la energía nuclear. En esa misma reunión de ministros de Energía de la UE, el vicecanciller y ministro de Asuntos Económicos y Acción por el Clima de Alemania, el verde Robert Habeck, afirmó que la propuesta de Suecia que favorece a Polonia (pidió al resto de Estados miembros que comprendan las necesidades de seguridad energética de cada país, al mismo tiempo que buscan transformar su mix energético) “no es compatible con los objetivos nacionales y de la UE en materia de protección del clima”. ¿En serio? ¿Y cerrar las nucleares y disparar el uso del gas y del carbón, llegando a destruir un pueblo para ampliar una mina es compatible? ¡Qué cara más dura la del verde Habeck! Y por cierto, la última muestra del grave error que cometió Alemania al cerrar sus últimas tres nucleares y de su creciente caradura se puede ver en que ahora exporta energía generada con nuclear desde Francia... y el canciller alemán, el socialdemócrata Olaf Scholz, reconoce que necesita luz generada de las centrales nucleares francesas. ¡Ole!