Ana Botín, presidente del Banco Santander ha iniciado el mismo viacrucis que arrastró durante años el entonces presidente del BBVA, Francisco González. En Francfort quieren un esquema de presidente chairman y Ceo primer ejecutivo. ¿Está claro ese esquema de mando? Por supuesto que no, ni lo estará jamás, pero es que le gusta al supervisor europeo, al mandamás del sector bancario continental, que por el momento tiene más de mandamás que de supervisor. Lo digo en serio los banqueros se cachondean del estilo del BCE, formado por equipos multilaterales, multiculturales y multinacionales, que no entienden ni el banco que analizan ni a sus compañeros de análisis. Y es que ya llevan años de rodaje. Por eso intentan objetivar lo que no es objetivable. Así se curan en salud ante una posible plancha, mientras se empeñan en controlar a los inspectores 'nacionales' que saben bastante más que ellos aunque presuntamente estén a sus órdenes.

Volvamos al Santander. Sí con FG el asunto acabó en tablas: de acuerdo dijeron en Francfort aceptaremos a Carlos Torres como presidente ejecutivo a cambio de que te vayas a casa. 

Sí, quien habría de decirlo tras el ulterior caso Villarejo, pero FG se sacrificó a costa de mantener la Presidencia ejecutiva que luego Carlos Torres no ha dejado de malgastar.

Al Supervisor europeo no le sirve el Comité de Estrategia creado por el Santander y piensa que Álvarez no manda en el día a día

Pues bien. En Francfort no agrada que Ana Botín dirija un Comité de Estrategia mientras José Antonio Álvarez lleva el comité de Dirección. En otras palabtras, que no se creen que en el Santander no lo manda todo y algo más que todo doña Ana. Y esto es bello e instructivo, porque demuestra que hasta el BCE puede acertar, de vez en cuando.

Pero es que, encima, la sentencia de Orcel ha debilitado la posición de la presidenta del Santander, Cuando lo cierto es que ni en el propio sector bancario comprenden la obsesión 'pesetera' del hombre de Unicredit. Sin embargo, la sentencia tiene otra lectura: usted no era quien para echar al Ceo antes de que fracasara. De hecho, todavía no había tomado posesión de su cargo. El Consejo sólo tiene un poder, según el BCE, cesar al Ceo y siempre que el Ceo haya fracasado, haya metido la pata en el barro o haya metido la mano en la caja. Pero Ana Botín no cesó a Andrea Orcel por ninguna de esa razones: cesó al italiano, un banquero de inversión, no doméstico, cuando se percató de que iba a orillarla... ¡a ella!

Por ahora, Botín no sólo resiste sino que desprecia las requisitorias del BCE. Y hace bien porque el Santander, con todos los problemas de sus congéneres, es un buen banco, al menos en comparación con lo habitual en Francia o en Italia... y no digamos nada en Alemania, la peor banca de Europa. Ahora bien, el BCE insiste y si algo tiene el supervisor es tiempo, mucho tiempo, todo el tiempo. 

Además, el BCE puede hacer mucho daño a la mejor banca doméstica europea, la española, si se empeña en una Europa con un sólo banco de depósitos, el banco central y una banca privada trasformada en banca de inversión o de fortunas. Es decir, si se empeña en una banca especulativa alejada del bien común. Y la primera forma en la que un banco ejerce el bien común es siendo el medio de pagos del país. También de los que no saben utilizar las nuevas tecnologías.

Y el BCE puede hacer mucho daño a la mejor banca doméstica de Europea, la española, si se empeña en una Europa con un sólo banco de depósitos y la banca privada trasformada en banca de inversión o de fortunas

Así que sólo hay que desear que Ana Botín aguante el tirón. Para ello, no le vendría mal que Moncloa le apoyara en Europa. Pero Sánchez no pelea por nadie, sólo por mantenerse en el sillón presidencial. Además, Ana Botín ha dejado de ser amiga suya. Ahora Prisa es cuasi propiedad de Moncloa, bajo el mando de Miguel Barroso.

Aguanta Ana... y déjale algo más de espacio a José Antonio Álvarez. De esta forma, a lo mejor sonríe.