Exolum se ha convertido en otro ejemplo de la colonización de fondos que vive España y especialmente en el sector energético. El fondo canadiense Omers y el australiano Macquarie quieren vender sus respectivas participaciones, mientras el británico CVC, que ocupa el puesto de primer accionista, se queda, por ahora.

La antigua Compañía Logística de Hidrocarburos (CLH) cambió su nombre por el de Exolum en 2021, pero sus orígenes se remontan a 1993 y se deben a la liberalización del monopolio que tenía la estatal Compañía Arrendataria del Monopolio de Petróleos (Campsa). El negocio de esta última se escindió en dos: la red de gasolineras se repartió entre las petroleras Repsol, Cepsa y BP; y los activos logísticos dieron lugar a CLH. En la actualidad, Exolum es una de las empresas líderes en almacenamiento, transporte y distribución de combustible, hidrocarburos y productos petrolíferos, que gestiona la red de productos refinados más extensa de Europa y lidera en volumen de capacidad de almacenamiento en el viejo continente. Está comprometida con la sostenibilidad: en su página web señala: “Nos dedicamos al transporte y almacenamiento de una amplia gama de graneles líquidos, especialmente productos refinados, químicos y biocombustibles, de forma sostenible y eficiente, conscientes de que las actividades que realizamos contribuyen a mejorar la calidad de vida y al progreso de la sociedad”.

Los fondos de inversión se suelen quedar unos cinco años en las compañías y después deciden poner a la venta su parte y llevarse plusvalías. Omers y Macquarie quieren dar el pase a Exolum, pero no les está resultando fácil: las ofertas recibidas se han quedado por debajo del precio que esperaban

Sólo en España, Exolum cuenta con una red de 4.007 kilómetros de oleoductos, 39 instalaciones de almacenamiento, 37 instalaciones aeroportuarias, ocho refinerías conectadas a su red, 13 instalaciones portuarias, instalaciones de bombeo y seis redes de hidrante. También está presente en otros países (Reino Unido, Irlanda, Alemania y Países Bajos). Sin embargo, conviene destacar que su accionariado está controlado por fondos de inversión extranjeros: CVC es dueño del 24,84%, seguido de Omers (24,61%) y Macquarie (19,87%). Tras estos están: el banco francés Crédit Agricole y los fondos APG y WSIB, con respectivas participaciones del 9,93%; y otros pequeños inversores con sólo un 0,89%. 

CVC se convirtió en el primer accionista de Exolum, tras comprar las participaciones que tenían los fondos Ardian (10%) y Alberta Investment (5%), y también los bancos Kutxabank (5%) y Abanca (5%). Por ahora, se queda en el accionariado, pero no hay que olvidar que normalmente los fondos de inversión suelen permanecer unos cinco años en las compañías en las que entran, donde van logrando jugosos dividendos, y después deciden poner a la venta su parte y llevarse plusvalías. Este es el caso de Omers y Macquarie, que ahora quieren dar el pase a Exolum, pero no les está resultando fácil: las ofertas recibidas (entre ellas, las de fondos como Stone Peak, Sixth Street, KKR, OTPP y Aimco) se han quedado por debajo del precio que esperaban los vendedores (más de 1.000 millones de euros) y por ahora han pisado el freno a su salida, según Cinco Días. Recuerden que Macquarie entró en 2017 en Exolum (cuando se llamaba CLH), tras comprar las participaciones que tenían AMP Capital y la petrolera nacional de Omán (Oman Oil Company). Además, los compradores deben tener en cuenta que el negocio está limitado por la CNMC (regulador que impide que un solo inversor tenga más del 25% del capital y que la suma de las participaciones de los que tengan capacidad de refino supere el 45%), que también advirtió sobre la elevada deuda de Exolum (la financiera bruta se situó en 1.400 millones al cierre de 2021, con una caja de 150 millones) y los altos dividendos (241,7 millones).