Energías de Portugal (EDP) ha tropezado en el inicio del año, pues ha entrado en pérdidas y ha reducido el resultado bruto de explotación (Ebitda) en el primer trimestre. Claro que los motivos no han sido responsabilidad suya ni causa de una mala gestión, sino más bien de la meteorología: la sequía, pues en su país natal se ha registrado el invierno más seco de los últimos 90 años (y en España también ha sido bastante escaso en precipitaciones). Y a esto se ha unido el alto precio de la luz, que, por cierto, no ha repercutido en sus clientes, pero ojo, a su elevada deuda, pues ha seguido creciendo en estos primeros meses.

La energética lusa tiene como primer accionista a los chinos a través de la empresa estatal China Three Gorges (CTG), con una participación del 20,22%, y como segundo a BlackRock, el fondo colonizador del Ibex, pero pueden estar algo tranquilos, porque la tendencia es mantener el dividendo (como sucedió en 2021, pese a ganar menos). Además, la reacción en bolsa no ha sido tan negativa como podría parecer en un primer momento: el 4 de mayo (cuando se conocieron los buenos resultados de su joya de la corona y filial verde (EDP Renovables -EDPR-), la cotización de EDP bajó un 4%; un día después, cuando salieron sus cifras al cierre de mercado, bajó otro 4%; pero el viernes 6, cuando se presentaron los números de EDP ante los analistas, subió un 4%,... por lo que de la depreciación bursátil del 8% que acumulaba este año, ha recuperado la mitad.

La sequía ha causado un déficit récord de producción hídrica... y EDP ha recurrido a comprar luz -y a muy caro precio (+407%)- en el mercado mayorista para cubrir el consumo de sus clientes...  sin repercutírselo. Esta actitud, al igual que la de Enel desmiente los ‘beneficios caídos del cielo’

Vayamos a las cifras con algo más de detalle. La sequía ha lastrado el resultado neto, que ha arrojado unas pérdidas de 76 millones de euros hasta marzo, frente al beneficio neto de 180 millones obtenido hace un año, aunque menores a lo previsto por los analistas. Pero también ha perjudicado al Ebitda -que refleja su capacidad de generación de recursos-, en 400 millones, por lo que en el primer trimestre se ha reducido a 710 millones, un 18% inferior al de hace un año.

Y es que ante la sequía, que ha causado un déficit récord de producción hídrica, a EDP no le ha quedado otra que recurrir a comprar luz en el mercado mayorista para cubrir el consumo de sus clientes... y lo ha hecho cuando había precios máximos eléctricos (una media de 229 euros por megavatio hora -MWh-, un 407% superiores a los de hace un año), pero sin repercutírselos a los clientes. Por tanto, esta actitud de EDP, al igual que la de Enel -la energética italiana dueña del 70% de Endesa-, desmiente los ‘beneficios caídos del cielo’

Eso sí, en la cuenta de resultados sí hay algo que debería preocupar: la elevada deuda neta. En el primer trimestre ha aumentado un 14% (o en 1.569 millones contantes y sonantes) respecto al cierre de 2021, situándose en 13.134 millones. Por tanto, como también le sucede a Enel, que tiene como primer accionista no a los chinos sino al Estado italiano, EDP se va acercando a deber más de lo que vale en bolsa: su capitalización bursátil ronda los 17.700 millones. Además, el ratio de deuda neta sobre Ebitda ha aumentado, pasando de 3,5 veces al cierre de 2021 a 4,3 veces.

En producción, mientras la hidráulica ha tenido déficit, la térmica se ha disparado un 170%, aunque sólo ha representado 2,4 teravatios-hora (TWh) de los 17 TWh totales... y aspira a abandonar el carbón en 2025. Claro que de estos 17 TWh totales producidos, el 75% han sido renovables

En producción, mientras la hidráulica ha tenido déficit, la térmica se ha disparado un 170%, aunque sólo ha representado 2,4 teravatios-hora (TWh) de los 17 TWh totales... y aspira a abandonar el carbón en 2025. Claro que de estos 17 TWh totales producidos, el 75% han sido renovables (los cuales han crecido un 10%). En capacidad instalada, EDP ha alcanzado los 25 gigavatios (GW), un 7% más que hace un año y el 78% son verdes (+13%), claro que entre ellos, hay un 28% de hidráulica de Iberia -España y Portugal- y un 12% de hidráulica en Hispanoamérica. Y así, los ingresos por venta de energía, servicios y otros han ascendido a 5.503 millones, superando las expectativas de los analistas. 

Por último, destacar que la energética lusa espera compensar la caída en hidráulica por culpa de la sequía con un buen desempeño en otros negocios -incluyendo EDP, EDP Brasil, redes ibéricas y más producción térmica”. Veremos si lo logra... o no en próximos trimestres.