La crisis en la eólica terrestre no sólo ha afectado a Siemens Gamesa (y por ende, a su matriz, Siemens Energy, dueña ya del 97,7% ), sino también a Nordex y a Vestas. Esta última ha tenido unas pérdidas de 1.572 millones de euros en 2022 por problemas en fabricación y la salida de Rusia, frente a los 134 millones que ganó el año anterior y superando las pérdidas de 1.031 millones de los nueve primeros meses, y ojo, porque ha obtenido un resultado bruto de explotación (ebitda) negativo de 437 millones.

Sin embargo, el fabricante danés de aerogeneradores ha recibido aplauso en bolsa (su cotización ha subido más de un 4%), y eso que también ha reducido sus ingresos un 7%, hasta 14.486 millones. Para este año, prevé que ingresar entre 14.000 y 15.500 millones, porque pese a los altos niveles de inflación en toda la cadena de suministro, el descenso en el número de instalaciones de energía eólica afectará negativamente a los ingresos y la rentabilidad. Un descenso en el que, por cierto, influye, y mucho, la lentitud de los permisos en Europa y la menor actividad en EEUU. Así, aunque siga recibiendo pedidos, aún cree que su rentabilidad se verá afectada este año.

Recuerden que Vestas tiene más de 2.000 empleados en España, pero tras el cierre de la planta de Viveiro (Lugo) en septiembre de 2021, ya sólo fabrica en la de Daimiel (Ciudad Real), aunque tiene centros en Granada, Madrid y Zaragoza. Además, ha anunciado que acabará con los vertederos de palas eólicas al presentar una nueva solución que permite el reciclaje de palas fabricadas con resina epoxi, sin necesidad de cambiar el diseño o la composición de sus materiales.