La alemana Siemens Energy ha empezado mal su año fiscal por culpa de las pérdidas de Siemens Gamesa, pero confía en que excluirla de bolsa vendrá bien para su recuperación. Una exclusión que ha empezado oficialmente este martes y que supone el fin del plazo para vender que dio a los minoritarios, tras la opa en la que se hizo con el 92,717% del fabricante de aerogeneradores, y después de comprar más acciones ha elevado su participación al 97,7%,... aunque perseguía hacerse con el 100%.

“A pesar de los cargos en Siemens Gamesa, Jochen Eickholt y su equipo están avanzando en la mejora de la sostenibilidad de la empresa. La exclusión prevista de Siemens Gamesa ayudará aún más al equipo a centrarse en resolver los problemas operativos y la recuperación”, ha señalado el presidente y CEO de Siemens Energy, Christian Bruch, tras publicar los resultados del primer trimestre fiscal (octubre a diciembre de 2022). Además, conviene recordar que cerró su ejercicio fiscal 2022 con unas pérdidas netas de 647 millones de euros, frente a las de 560 millones del anterior.

La división energética del gigante industrial alemán, al que le va mejor en el negocio de salud, no ha empezado bien el ejercicio 2023, pues en su primer trimestre fiscal ha tenido unas pérdidas netas de 598 millones, más del doble que las de hace un año (-246 millones). Y es que el beneficio antes de elementos especiales fue cuatro veces más negativo que hace un año, pasando de -69 millones a -282 millones, por los cargos en Siemens Gamesa, que no pudieron compensar las fuertes mejoras de Servicios de Gas (GS) ni de Tecnologías de Red (GT) ni el resultado positivo de Transformación de la Industria (TI). Además, las partidas especiales han pasado de 6 millones positivos a 103 millones negativos, por los costos de reestructuración en el fabricante de aerogeneradores.

Rebaja su previsión de margen de beneficio antes de atípicos al rango del 1-3% y anticipa que la pérdida neta de este ejercicio se mantendrá en el nivel del año fiscal 2022, cuando previamente confiaba en una fuerte reducción

Por su parte, los pedidos se han mantenido fuentes, con un crecimiento comparable del 49,2%, excluyendo la conversión de divisas y los efectos de la cartera, hasta 12.700 millones, elevando así la cartera de pedidos a 98.800 millones, pese a importantes efectos negativos del tipo de cambio. “El crecimiento de nuestros pedidos demuestra que tenemos la cartera adecuada para capitalizar la transición energética”, ha subrayado Bruch. Y los ingresos han ascendido a 7.100 millones, lo que supone un aumento del 16% en base comparables. Además, el flujo de caja libre antes de impuestos ha sido menos negativo de lo esperado, pese a las salidas de efectivo en Siemens Gamesa y gracias a los pagos anticipados de los clientes en relación con el fuerte desarrollo de pedidos: se ha situado en -58 millones, frente a los -69 millones de hace un año.

Al mercado -y por tanto a los inversores-, no les han gustado las cifras del primer trimestre fiscal, porque la cotización de Siemens Energy ha caído un 3%. Quizá haya influido que se haya señalado que la dirección de Siemens Gamesa no espera que la rentabilidad esté en línea con su plan de negocios para el presente ejercicio fiscal, lo que ha obligado a ajustar la previsión de la matriz respecto a su margen de beneficio antes de atípicos al rango del 1-3%, frente al del 2-4% estimado en un principio. Además, la división energética del gigante industrial alemán ha anticipado que la pérdida neta de este ejercicio se mantenga en el nivel del año fiscal 2022, cuando previamente confiaba en una fuerte reducción.