En este contexto de crisis mundial del automóvil, Mercedes-Benz sube en bolsa más de un 4% al referir que continuará con la recompra de acciones por 2.000 millones de euros anunciada a principios de año. Todo ello, a pesar de que sus resultados de los nueve primeros meses, no han sido buenos: reduce ingresos y se hunde su beneficio a la mitad.
El fabricante automovilístico alemán se ha visto afectado no sólo por el contexto adverso de su sector, sino por los aranceles de EEUU y las débiles ventas en China ante la fuerte competencia de las marcas del gigante asiático. Sin embargo, ha mantenido sus previsiones anuales.
Entre enero y septiembre, Mercedes-Benz ha tenido unos ingresos de 98.524 millones de euros, lo que supone un 8% menos que hace un año. En esto ha influido bastante el hecho de que las ventas siguen a la baja, en especial en la división de Vans (furgonetas, entre las que se encuentran las que se fabrican en la planta que tiene en Vitoria), donde han bajado un 13,3%, a 260.179 unidades. Por su parte, el beneficio neto se ha hundido a la mitad (-50%), hasta 3.878 millones.
Sólo en el tercer trimestre, los ingresos han descendido un 7%, a 32.150 millones. El resultado bruto de explotación (ebitda) ajustado se ha reducido un 17%, a 2.100 millones; y el beneficio neto ha caído un 31%, a 1.190 millones. Ola Källenius, CEO de Mercedes-Benz, ha señalado que estas cifras “están en línea con nuestras previsiones para el conjunto del año”.












