Corporación Financiera Alba (CFA), sociedad de inversión de la familia March, ha aflorado una participación del 3,016% de Colonial, según la CNMV, y lo ha hecho en un momento clave para la socimi y tras el susto sufrido en diciembre de 2022, ante la pérdida de valor de sus activos, como adelantó Hispanidad.

El momento no es casual. Durante la pasada Junta de Accionistas, celebrada en junio, el CEO, Pere Viñolas, anunció una nueva fase de desinversiones, tras el éxito de la primera experiencia. Incluso, se podría extender el plan a “activos no estratégicos”.

Esto es bello e instructivo, porque resulta que Colonial atraviesa un momento crucial, como hemos señalado antes, con una deuda muy elevada que alcanza los 4.934 millones de euros y, al mismo tiempo, el compromiso de un dividendo superior al 100% del payout. La primera fase de desinversiones fue un éxito, pero no suficiente para reducir el excesivo apalancamiento. La segunda fase, ya veremos hasta dónde llega, pero cada venta supone jibarizar un poco más la compañía, hacerla más pequeña y, por tanto, menos capaz de generar ingresos y beneficio.

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En otras palabras, todo hace indicar que Viñolas está troceando la compañía bajo la máxima de que las partes valen más que el todo. Naturalmente, don Pere no haría nada de esto si no fuera por indicación de los propietarios: el fondo soberano de Catar (QIA), dueño del 19%; el mexicano Carlos Fernández González, que dirige el grupo Finances (14,8%) y es máximo accionista de AmRest (dueño de La Tagliatella y otros restaurantes); los Puig (7,4%); la familia colombiana Santo Domingo, a través de Aguila (7,1%); Crédit Agricole (4,2%); el fondo BlackRock (3,9%); y ahora los March, con el 3%.

En este contexto, las acciones de Colonial bajan ligeramente en bolsa durante la mañana de este lunes (-0,5%), mientras las de Alba suben al mismo ritmo que el Ibex (+0,8%).

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