El coche eléctrico fracasa, como referíamos en más de una ocasión, a pesar de su creciente imposición desde el Gobierno central y otros autonómicos y municipales. En especial, esta viene de la vicepresidenta tercera y ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera; a quien se ha sumado el ministro de Transportes y Movilidad Sostenible, Óscar Puente; ambos con experiencia en circular en bici eléctrica. Eso sí, deben tener en cuenta que se puede ser ecologista, pero no caer en la idiotez. Por tanto, el coche eléctrico supone otro fracaso de Ribera... que se suma al de la falta de inversiones en redes energéticas y al ideológico cierre nuclear que planea para los próximos años (y cuya primera víctima, si no hay cambios, será Almaraz). 

Decíamos que España cerró 2023 sin cumplir las previsiones en matriculaciones de turismos nuevos, pese a un aumento interanual del 16,7%: 949.359. Por tanto, se sigue sin superar la barrera del millón de unidades, como recuerda el sector. Además, aún no se ha recuperado el nivel preCovid de 2019, cuando se matricularon 1.258.246 turismos, que supusieron la mayor parte del total de ventas de vehículos (1.501.239).

En la cada vez más impuesta apuesta por la movilidad sostenible, que incluye diversas restricciones a la circulación en determinadas zonas y ciudades, las cifras tampoco son para tirar cohetes. Las ventas de vehículos alternativos (electrificados, híbridos y de gas) han crecido un 33,86% el año pasado, llegando a 461.859 unidades y representando el 40,6% del mercado, según los últimos datos de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac).

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Sin embargo, hay que hacer algunos matices. Las ventas de vehículos eléctricos puros se han disparado un 72,4% respecto a 2022, hasta 62.843 unidades, pero sólo suponen un 5,56% de la cuota de mercado total. Les siguen las de híbridos enchufables -los que tienen una batería grande que se recarga por el motor de combustión y también mediante un enchufe-, que han crecido un 30,3%, a 62.838, y también con una cuota mínima del 5,56%; y a bastante distancia los de gas (que no gustarán nada a Ribera), con 28.333 (+67,61%) y una cuota minimísima del 1,76%; y los de pila de hidrógeno, con 21 unidades (+80%). Eso sí, los preferidos entre los alternativos siguen siendo los híbridos no enchufables o convencionales -los que tienen una pequeña batería que se recarga a través del motor de combustión-, con unas ventas de 307.824 vehículos, un 27,2% más, y representan una cuota del 26,64%.

Por su parte, las matriculaciones de vehículos de ocasión han alcanzado las 1,94 millones de unidades el año pasado, lo que supone un 2,6% más que el año anterior y cumplir con las previsiones de la consultora MSI para las patronales Faconauto y Ganvam. Y ojo, porque de estas ventas, un porcentaje superior al 40% corresponde a vehículos de más de 15 años, según destaca Cinco Días, por lo que agrava el problema del envejecido parque automovilístico que tiene España y también supone más emisiones de CO2.

El coche eléctrico ha supuesto una novedad en la industria automovilística mundial, a la que se acaba de sumar la tecnológica china Xiaomi, haciendo temblar al estadounidense Tesla y provocándole la pérdida de unas cuantas decenas de miles de millones en bolsa. Claro que Xiaomi es sólo la última de una larga lista de empresas del gigante asiático que buscan hacer su particular agosto con la venta de baratos coches eléctricos a Europa: DFSK, la de bajo coste EVO, MG, Polestar (la marca premium de Volvo, grupo sueco que tiene como primer accionista a los chinos de Geely), BYD, Omoda, etc. Pero ante la llegada de cualquier novedad tecnológica es mejor no forzar las cosas y haber apostado primero por el desarrollo de la industria europea (con empleos estables y buenos salarios, o al menos, mucho más altos que los chinos) al completo lo que incluye no sólo el montaje de los coches eléctricos sino también la fabricación de chips y de baterías. Y es que o se pone barreras al coche eléctrico chino en forma de aranceles o este se comerá el mundo.