Pendientes de si se concreta o no la fusión entre Glencore y Rio Tinto, hoy, el gigante minero anglo suizo ha presentado resultados. Hablamos de Glencore al que los inversores penalizan, con fuerza, en Bolsa.
Sus acciones caen un por encima del 5% y, en lo que llevamos de año, se deja cerca de un 8%.
No han gustado, evidentemente, los números al mercado porque ha registrado pérdidas en 2024 por 1.634 millones respecto a lo que ganó en 2023 y que ascendió a 4.280, es decir, un 138% menos, que la compañía justifica por la caída en valor de ciertos activos y por las condiciones desfavorables en el mercado de los metales.
El Ebitda también ha caído, un 16% y ha pasado de los 17.100 millones de dólares a los 14.358.
Pero el plato fuerte es la deuda que se ha situado en los 11.000 millones dólares frente a los 5.000 de 2023. Su capitalización es de 44.530 millones de libras, es decir, 56.000 millones de dólares.
Ha registrado pérdidas en 2024 por 1.634 millones respecto a lo que ganó en 2023 y que ascendió a 4.280, es decir, un 138%. El Ebitda también ha caído, un 16% y ha pasado de los 17.100 millones de dólares a los 14.358
Aun así, mantiene intacta su retribución al accionista: repartirá dividendo por 1.200 millones de dólares, más recompra de acciones por otros 1.000 millones.
Se trata de un título que tocó máximos en 2023 cuando alcanzó los 575 peniques, es decir, 5,75 libras, y lleva siendo bajista desde entonces.
“Caídas en paralelo a las que ha sufrido su principal activo, el carbón”, señala Javier Molina analista de mercados. “Correlación perfecta entre ambas cotizaciones porque, los futuros del carbón cotizaban en 2023 a 400 dólares, máximos también, y ahora están en los 100 dólares”.
Pero es que, en los últimos seis meses ha pasado de los 150 dólares a los 100 actuales.
Esto genera dudas en el mercado sobre el grado de diversificación de Glencore. A pesar de que la compañía comercializa en todo el mundo, y su cartera llega a operar hasta 60 activos mineros, el carbón manda sobre todos, y es su principal fuente de producción.
“Glencore está expuesta a un sector en declive por la transición energética, y la cosa no pinta bien. No obstante, no debemos perder de vista a Donald Trump y ver qué pasa en este sentido”, añade Molina para el que, a corto plazo, la empresa se enfrenta a muchos desafíos.
“Habrá que estar pendientes, además, de si la otra parte de la cartera, con mayor exposición a otros metales claves para esa transición, como el litio, le genera alguna oportunidad pero…a largo plazo”.
La fusión es interesante desde el punto de vista corporativo ya que la entidad resultante se situaría como la minera más grande del mundo, adelantando a BHP y con una capitalización de mercado de alrededor de 160.000 millones de dólares
En este sentido, Glencore se ha asociado con la empresa minera marroquí Managem para producir cobalto a partir de materiales de batería reciclados, incluidos el níquel, el cobalto y el litio.
Pero, sobre todo, Glencore está pendiente su fusión con Rio Tinto de la que surgiría un gigante minero, el mayor del mundo, y que sería su tabla de salvación.
“La operación es interesante a nivel corporativo”, explica Javier Cabrera, analista de mercados, “ya que la entidad resultante se situaría como la minera más grande del mundo, adelantando a BHP y con una capitalización de mercado de alrededor de 160.000 millones de dólares. Rio es la que tiene la posición dominante y estaría interesada en los activos de cobre de Glencore de cara a las tendencias que están siguiendo las energías renovables…”, “activos que Glencore, de acuerdo con su estrategia de negocio mantendría, siempre que estos sigan creando flujo de caja”, añade Pablo García, director general de Divacons-AlphaValue.
No debemos olvidar que el cobre es fundamental para las turbinas eólicas, transformadores o cables eléctricos, y es clave para que, la estrategia de descarbonización global tenga éxito, así que “la compañía resultante tendría una fuerte posición competitiva”.
A pesar de que la compañía comercializa en todo el mundo, y su cartera llega a operar hasta 60 activos mineros, el carbón manda sobre todos, y es su principal fuente de producción
En el caso de Glencore, estamos no sólo ante una minera, sino ante el mayor transportista de carbón del mundo que controla minas muy importantes de niquel y zinc en zonas complicadas como la República Democrática del Congo.
Por su parte, Rio Tinto, multinacional británico-australiana, y segundo mayor productor mundial de metales y minerales
Por cierto, y un nuevo varapalo para la Bolsa de Londres, Glencore está considerando abandonar su cotización principal en el Reino Unido a favor de Nueva York “u otro lugar donde pueda obtener la valoración adecuada”, ha dicho el director ejecutivo, Gary Nagle.
Recordar que Glencore es la propietaria de Asturiana de Zinc.