El ‘caso Iberia-Air Europa’ se ha convertido en el arquetipo del desastre de las subvenciones públicas a empresas que se está dando en España, en especial a las que se consideran “estratégicas”. Recuerden que el fondo de la SEPI que el Gobierno ha dotado con 10.000 millones de euros sólo ha repartido el 15% del total entre 12 compañías hasta ahora... y ¡son préstamos!

Hace un mes, Iberia, la antigua aerolínea de bandera española que pertenece al holding aéreo IAG, renunció, por el momento, a comprar la subvencionada Air Europa, propiedad de Globalia. Un movimiento que tiene connotaciones no solo económicas sino también políticas, sobre todo para el socialismo, pues podría suponer el primer ridículo de la ‘smart people’: ya saben, el grupo que impulsó Iván Redondo cuando aún era jefe de Gabinete de Pedro Sánchez y que pretendía sustituir a la ‘beatiful people’ de la época felipista.

Dentro de esta ‘smart people’ está jugando bastante papel Javier Hidalgo, CEO de Globalia, un grupo que preside su padre, Juan José Hidalgo (más conocido como ‘Pepe Aviones’), quien ha tenido que intervenir al no gustarle como estaba transcurriendo el tema de la compra de Air Europa por parte de Iberia. Eso sí, la silla de la dirección general de dicha aerolínea la ostenta una de sus hermanas: María José Hidalgo.

El presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, ha dado a entender que no se rinden, porque la operación es necesaria para convertir a Barajas en un ‘hub’ de primer nivel... algo que el Gobierno también considera clave

Recuerden que en noviembre de 2019, Javier Hidalgo y Luis Gallego (entonces CEO de Iberia, ahora primer ejecutivo de IAG) acordaron la compra de Air Europa por 1.000 millones de euros, paso con el que controlarían el 72% de los vuelos nacionales. Sin embargo, 14 meses después, se hizo un nuevo acuerdo y el precio bajó a 500 millones, tras el rescate de la SEPI a Air Europa, que fue de 475 millones y se sumó a los créditos de 141 millones que había recibido dicho aerolínea meses antes (concretamente en mayo de 2020) con aval del ICO. Y casi un año más tarde, en diciembre de 2021, Iberia ha suspendido la compra porque el precio le seguía pareciendo elevado dada la situación de Air Europa (pérdidas de 427 millones en 2020, una deuda de 800 millones, las ayudas de la SEPI y el ICO…) y la del propio IAG (aún sigue en enormes pérdidas, de 2.622 millones hasta septiembre, y con elevadísimo endeudamiento -12.356 millones-; y la previsión de que la Comisión Europea pudiera imponer condiciones exigentes.

Ahora hay novedades. El presidente de Iberia, Javier Sánchez-Prieto, ha dado a entender que no se rinden, porque la operación es necesaria para convertir a Barajas en un ‘hub’ de primer nivel que atraiga más pasajeros de Asia: los aeropuertos de Madrid y Barcelona “solo suman un 5% de asientos con el sudeste asiático, frente al 25% de Ámsterdam, París, Londres y Fráncfort”. Es más, hasta el Gobierno podría entrar en la ecuación, porque la clave es que Madrid sea un ‘hub’: podría capitalizar el préstamo participativo (240 millones) del rescate de la SEPI, llegando a un 40%, mientras Iberia se haría con el otro 40% y la gestión, y la familia Hidalgo podría conservar un 20%. Aunque hasta el rabo todo es toro y estos porcentajes aún podrían variar.