El impuestazo energético era temporal, pero el Gobierno ya ha confirmado su prórroga para 2024, aunque con alguna variación. Ignacio S. Galán, presidente de Iberdrola, está tranquilo pues confía en el PNV... y a este partido le gustará que ahora dicho impuesto lo gestionen y recauden País Vasco y Navarra.

La prórroga se temía y casi estaba confirmada, pues se recogía en el acuerdo entre PSOE y Sumar que facilitó el tercer Gobierno Sánchez. Pero como dice el refrán español, la esperanza es lo último que se pierde, y más después de que hasta la Comisión Europea propusiera suprimir dicho impuesto... porque ya no había beneficios extraordinarios, mientras que Teresa Ribera se aviniera a reducirlo. Al final, ha ganado esta última opción.

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El Gobierno ha aprobado la prórroga del impuestazo energético que grava el 1,2% de la facturación de las energéticas que superan los 1.000 millones de euros de facturación anual (Enagás se ha librado, por poco, pues ingresó 970,3 millones en 2022). Antes de que se confirmara dicha prórroga, varias energéticas y alguna asociación habían lanzado avisos al Gobierno relacionados con sus inversiones: Repsol amenazó con reducir inversiones en España e incluso “aprovechar el apoyo regulatorio” de EEUU y trasladar inversiones a “Portugal o a Francia”; Endesa advirtió que “con normalidad fiscal, regulatoria y política” invertirían más; Engie criticó que el impuestazo “era puntual y no se puede convertir en estructural” y que desincentiva la inversión; y la Asociación Española de Operadores de Productos Petrolíferos (AOP) afirmó que la prórroga pone en peligro 16.500 millones en inversiones para la transición.

Ahora todos estos avisos parece que han quedado en segundo plano y se han suavizado, porque el Gobierno ha anunciado que los Presupuestos de 2024 incluirán un incentivo si hacen inversiones en descarbonización: o sea, deducciones. Esto va a contracorriente de la tendencia del G-20 hacia el tipo mínimo en el Impuesto de Sociedades del 15% y el fin de las deducciones/desgravaciones fiscales. Es decir, las energéticas han bajado un poco la cabeza en sus advertencias porque ahora podrán deducirse parte de lo que pagan en el impuestazo, si hacen inversiones verdes... y por supuesto, que las harán.

Yolanda Díaz cae en el error de insistir en que las energéticas tienen “beneficios obscenos”, porque obsceno significa impúdico, torpe y ofensivo al pudor, según la RAE, es decir, hace referencia a la honradez (lo que se mueve de cintura para abajo)

A la líder de Sumar, vicepresidenta segunda y ministra de Empleo, Yolanda Díaz, no le gusta nada el tema del incentivo, pues lo considera un “regalo fiscal”. En esto lleva algo de razón, aunque como le gusta ser cuanto más demagógica mejor, cae en el error de insistir en que las energéticas tienen “beneficios obscenos”, porque obsceno significa impúdico, torpe y ofensivo al pudor, según la Real Academia Española (RAE), es decir, hace referencia a aspectos de cintura para abajo, ¿en qué estaría pensando, señora Díaz? Recuerden que no hay que confundir honradez con honestidad, porque esto último hace referencia a lo que se mueve de cintura para abajo y honradez es lo que se mueve de cintura para arriba, así lo defendía Salvador de Madariaga. Además, en X (antes Twitter), Díaz ha subrayado que tampoco está de acuerdo con el PSOE en que una fiscalidad justa y verde sea un problema para la inversión. 

Aitor Esteban (PNV) saludando a Josu Jon Imaz (Repsol) / Foto: Pablo Moreno

 

Un incentivo que sí habrá gustado al PNV, porque ya presentó una enmienda cuando se tramitaron los impuestos extraordinarios a las energéticas y a la banca para incentivar inversiones en proyectos industriales que contribuyan a la transición energética y la descarbonización, y lo hizo a través de su portavoz en el Congreso, Aitor Esteban. Asimismo, les habrá gustado que la prórroga incluye la “posible concertación” con País Vasco y Navarra, es decir, que dichos gravámenes se integren en el régimen foral de amas comunidades.

Y es que para los nacionalistas vascos, como para los catalanes, la pela es la pela. Además, no olviden que Iberdrola tiene su sede en Bilbao y Galán no quiere saber nada de Pedro Sánchez, por lo que el PNV es su intermediario; y que Repsol también tiene importante presencia y lazos vascos (su CEO, Josu Jon Imaz, fue presidente del PNV y consejero en el Gobierno vasco que presidió Juan José Ibarretxe; y uno de sus consejeros, Emiliano López Achurra preside Petronor y se le considera ‘ministro de industria’ del PNV).