En rueda de prensa, José Bogas, CEO de Endesa, ha dejado claro que el plan ecológico (oficialmente, Plan Nacional Integrado de Energía y Clima -PNIEC-) del Gobierno que lidera la vicepresidenta y ministra del ramo, Teresa Ribera, es imposible de cumplir... y mucho menos si se cierran las nucleares. Este ingeniero industrial sabe bien de lo que habla y no sólo porque considere que “el cierre nuclear no tiene sentido de cara al net zero (cero emisiones netas de CO2) en 2050”, sino también por el aviso de la Agencia Internacional de la Energía (AIE), por la falta de regulación para acometer inversiones previstas en el “ambicioso” PNIEC (entre ellas, en redes), y porque el tema es urgente y no se puede demorar en el tiempo.

El CEO de la energética que controla en un 70% la italiana Enel ha señalado que “intelectualmente estoy a favor de extender la vida de las nucleares”, a pesar de que la política energética del Gobierno Sánchez va por lo contrario y se firmó un protocolo de cierres progresivos para el periodo 2027-2035. Desde la AIE se ha avisado a la UE de que para ser net zero en 2050 hay que instalar muchísimas renovables y duplicar la nuclear (y es más, considera que sin esta última es imposible descarbonizar).

Sobre la doble vara de medir del Gobierno respecto a la nuclear, Bogas refiere que “los Estados miembros tienen potestad de decidir su política energética, pero yo la discuto intelectualmente. La respeto al máximo, pero no creo que la decisión es la correcta

Pero el Gobierno Sánchez va a lo suyo: prosigue con la asfixia a las nucleares (Foro Nuclear, asociación que agrupa a la industria nuclear y con la que no se ha reunido Ribera ni una sola vez, ha presentado alegaciones contra la subida del 40% de la tasa Enresa) vía impuestos (que ya suponen el 35-40% de sus ingresos) en España, mientras en la UE la impulsa y apoya su financiación (la última muestra se puede ver en Nadia Calviño desde la presidencia del BEI, como ha señalado en una entrevista con Financial Times). Ante la pregunta de Hispanidad sobre esta doble vara de medir, Bogas ha referido que “los Estados miembros tienen potestad de decidir su política energética, pero yo la discuto intelectualmente. La respeto al máximo, pero no creo que la decisión es la correcta”. De hecho, ha recalcado que “la nuclear es más competitiva (aludiendo a barata) que las propias renovables” y aunque no cree que haya suspensión de pagos de una central, no descarta que alguna podría no recuperar inversiones sino hay una rentabilidad suficiente e incluso esta podría ser negativa.

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El CEO de Endesa ha afirmado que están “en una posición privilegiada, si se dan las condiciones adecuadas, para impulsar la inversión en la transición energética”. Eso sí, esta transición tiene que ser “competitiva (o sea, barata) para el cliente y rentable para el inversor” y el director financiero, el italiano Marco Palermo, ha subrayado “la doble cara de la sostenibilidad” que tiene en cuenta Enel, aludiendo no sólo a la medioambiental, sino también a la financiera. Dentro de esas condiciones, Bogas cree que el PNIEC “adolece del soporte regulatorio necesario para llegar a los objetivos” y también hay que mejorar la fiscalidad, pero el tiempo corre en contra y “las soluciones son urgentes”. Entre ellas, ve que la de la extensión del denominado impuestazo a las energéticas “no tiene sentido” y como el propio Gobierno se ha dado cuenta de que retrae recursos para invertir anunció incentivos vía próximos Presupuestos para las compañías que hagan inversiones verdes: “Una buena noticia sobre una mala noticia”. También urge corregir el punto débil de la red de transporte y distribución eléctrica, con el tope a la inversión establecido en 2013 de no superar los 2.500 millones de euros al año, cuando el PNIEC prevé una inversión en redes superior a los 5.000 millones.

Bogas ve que no tiene sentido extender el impuestazo energético y que urge corregir el punto débil de la red de transporte y distribución eléctrica, con el tope a la inversión establecido en 2013 de no superar los 2.500 millones de euros al año, cuando el PNIEC prevé una inversión en redes superior a los 5.000 millones

Por cierto, respecto a los apagones en Andalucía, Bogas tiene claro que “no es un problema de red”, sino debido a los cultivos de droga: “subimos la potencia, aumentan las plantaciones y vuelven a saltar los fusibles”. Por ello, considera que debe haber mano dura: “la solución tiene que venir por el Código Penal”, como ha pasado en Alemania, Italia, Francia... mientras “en España ha habido un efecto llamada de bandas organizadas”.

Y de cara a operaciones, Endesa abrirá los proyectos de renovables a la entrada de socios para que les acompañen en el esfuerzo inversor... y habrá noticia al respecto al final del primer trimestre. Respecto a la cúpula, Bogas no prevé ningún cambio porque “tengo fuerzas, ilusión y el accionista mayoritario (Enel) quiere que siga”. 

Endesa abrirá los proyectos de renovables a la entrada de socios para que les acompañen en el esfuerzo inversor... y habrá noticia al respecto al final del primer trimestre

Vayamos a los resultados de 2023 presentados en un día bursátil aciago para las energéticas: la cotización de Endesa ha caído un 2%, frente a un Ibex menos rojo (-0,47%). Una reacción influida por las del resto del sector (a pesar de que ya se ha conocido que el IVA de la luz subirá del 10% al 21% el próximo 1 de marzo) y por el descenso de su resultado neto atribuible entre 2023 y 2022 en nada más y nada menos que en un 71%. Tranquilos, la energética ha informado en su nota de prensa que esta brutal evolución negativa se debe, al menos en parte, a la ocurrencia de impactos extraordinarios (principalmente, al impuestazo -208 millones- y a un laudo desfavorable con Catar superior a los 500 millones). Para este año, el impuestazo le saldrá por 202 millones, que liquidará en dos pagos de 101 millones; y está pendiente de un laudo en Nigeria, donde hay optimismo y también negociaciones para intentar llegar a un acuerdo. 

Bogas ha cobrado 2,12 millones en 2023, un 14,24% menos,... muy lejos de Galán (Iberdrola), con 13,836 millones 

Los ingresos han descendido en un 23% respecto al 2022, desde 32.896 millones a 25.459 millones. Cierto es que se achaca al descenso en un 64% del precio promedio del gas tras el estallido de la guerra de Ucrania, pues los precios se han normalizado en 2023 frente a las subidas del año anterior, eso sí, el gasto no ha decrementado de igual manera. En concreto, la principal partida de gastos (“aprovisionamientos y servicios”) ha descendido en un 30%, a 16.312 millones, pero esto no se ha reflejado en el margen bruto ni en el resultado bruto de explotación (ebitda), que han bajado un 18% y un 32%, respectivamente. Esto se ha debido al aumento de otros costes, como los costes fijos de explotación (+28%). El ebitda se ha situado en 3.777 millones (-32%) y se mantiene el abultado nivel de endeudamiento, lo que es una mala jugada en panoramas de tipos de interés tan altos como los actuales. Tan mala jugada como que sus costes financieros han aumentado en 256 millones. En concreto, la deuda neta ha descendido en un 4%, desde 10.900 millones a 10.400 millones, y con un descenso tan abultado del ebitda… no es muy bueno, aunque eso sí, el ratio de deuda neta sobre ebitda sólo ha ascendido del 2 al 2,4. 

Por cierto, el descenso en las principales magnitudes de la cuenta de resultados también se ha hecho patente en las remuneraciones de algunos consejeros: por ejemplo, la de Bogas ha bajado un 14,24%, a 2,12 millones. Como ven una cifra bastante lejana de los 13,836 millones que ha cobrado Ignacio S. Galán, presidente ejecutivo de Iberdrola. Además, la retribución media de la plantilla de Endesa ha creicido un 1,28%, pasando de 78.000 a 79.000 euros.