La caída de las criptomonedas, especialmente el bitcoin, la cripto de referencia, está provocando un auténtico tsunami entre los que confiaron sus ahorros, o parte de ellos, a plataformas o casas de intercambio de criptodivisas. El último caso, el cierre de la española 2gether, que ha dejado en la estacada a unos 100.000 ahorradores.

El bitcoin cotiza actualmente en el entorno de los 21.250 euros, muy por debajo de los 26.700 euros a los que cayó en julio de 2021. En noviembre de ese mismo año llegó a escalar hasta los 56.278 euros.

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El principal problema del bitcoin es que no tiene ningún respaldo como sí lo tiene el dinero fiát -la Reserva Federal norteamericana en el caso del dólar o el BCE en el del euro-, es decir, nadie responde de él. El bitcoin ha resultado ser, además, un instrumento ideal para delinquir, sobre todo para los amantes del blanqueo de capitales.

Aun con todo, las quiebras y corralitos que estamos viendo estos días no son del bitcoin directamente, sino de las plataformas de intercambio de criptodivisas como la mencionada 2gether. El criptoinvierno ya se ha llevado por delante a Three Arrows Capital, un hedge fund especializado en criptos, a la plataforma Voyager Digital, y ha provocado corralitos en Celsius, Gemini, BlockFi y en Crypto.com. Y no es únicamente por el desplome del bitcoin. La ciberdelincuencia también tiene mucho que ver.

“Aquellos proyectos que no estén bien regulados o codificados, como Terra, desaparecerán. Y aquellos protocolos o propuestas que no ofrezcan nada nuevo al mercado, igualmente desaparecerán”, advierte el presidente de la Blockchain Arbitration Society, Ignacio Ferrer-Bonsoms.

En este contexto, el Banco Internacional de Pagos (BIS, por sus siglas en inglés) limitó la exposición de los bancos a los criptoactivos al 1% de su capital, por el “alto grado de volatilidad” de algunos de ellos y que “podrían presentar riesgos para los bancos a medida que aumentan las exposiciones”.