Fue durante una entrevista en la CNN, el lunes 14, cuando Jeff Bezos anunció que quiere convertirse en filántropo y donará 120.000 millones de dólares, de los 124.000 millones en los que está valorada su fortuna. No piensen mal, porque se quedarán cortos: Bezos no está pensando en pagar menos impuestos sino en mejorar el mundo, como ya hacen Bill Gates y Warren Buffet.

Tras el anuncio, el fundador de Amazon se ha puesto manos a la obra y está analizando cómo emplear su dinero. Su actividad filantrópica, en cualquier caso, no es nueva: en su día donó 10.000 millones a la ONG Earth Fund, contra el cambio climático -un éxito sin precedentes-, concedió un premio de 100 millones a la cantante Dolly Parton por colaborar en la creación de la vacuna de Moderna contra el Covid, y otros 100 millones a la ONG World Central Kitchen, del chef español José Andrés.

Ser filántropo no es sencillo, según Bezos, como tampoco lo fue crear Amazon. “La filantropía es muy similar. No es fácil”, afirmó.

Un consejo, Jeff: si quieres cambiar el mundo empieza por los que tienes más cerca, por ejemplo, los 10.000 empleados que tu empresa quiere despedir próximamente. Y no es complicado: basta querer hacerlo, por ejemplo, invirtiendo en la empresa parte de esos 120.000 millones.

Aunque lo cierto es que la postura de Bezos traspira hipocresía por todos los poros. El mismo que se está cargando -y se ha cargado- el pequeño comercio y ha fagocitado marcas empleando artimañas poco éticas, ahora dice que quiere mejorar el mundo. ¿Comprenden?

Como decía Chesterton: “Dios nos libre de los filántropos”.